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Complicada reforma laboral por José Ramón Pin Arboledas

La Razón
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La CEOE y los sindicatos tienen hasta mitad de mes para pactar la Reforma Laboral. Si no lo consiguen, decidirá el Gobierno. Luis de Guindos dice que ésta tiene que ser profunda, centrada en la negociación colectiva para que las empresas se adapten a la crisis flexibilizando costes y estructuras y no despidiendo. ¡Ojalá los interlocutores sociales o el Gobierno encuentren el mecanismo para ello!

De momento, parece que no se va a tocar oficialmente el coste del despido. Sólo oficialmente, porque todo apunta a que se generalizará el contrato de Fomento del Empleo que tiene un coste mínimo de 33 días por año por despido, en lugar de los 45 del contrato indefinido general. Si, además, se concretan más las razones para el despido por causas objetivas (20 días por año), se pasaría, por vía de hecho, de 45 a 20 días en caso de dificultades económicas. Un avance notable, pero con, al menos, dos inconvenientes.

Primero, en la legislación seguirían figurando un mínimo de 45 días por año trabajado para el contrato indefinido. Los bufetes laboralistas internacionales, que asesoran las inversiones, seguirían utilizando esta cifra como referencia. Cifra que disuade de la creación de puestos de trabajo en España al compararla con otros países en que es menor.

Segundo, seguiría habiendo una gran diferencia entre el despido en contratos temporales (12 días) y los demás, ya que, en el mejor de los casos, un despido de un contrato de Fomento del Empleo por causas objetivas sería de 20 días por año trabajado. Consecuencia: se seguirá contratando preferentemente a tiempo parcial y posponiendo los contratos indefinidos. Por eso tenemos casi el 30% de temporalidad.

¿Por qué, en lugar de usar subterfugios, no se baja entre 33 y 20 días mínimos por año el despido del contrato indefinido para los nuevos contratados? Además, se podría subir el coste algo de despido de los contratos temporales. Así se reduciría la dualidad en el mercado laboral y se favorecería a los menos protegidos: los trabajadores temporales.

Pero la política tienes sus normas que, a veces, chocan con los criterios económicos. Esperemos para saber que triunfa.

José Ramón Pin Arboledas