Buenos Aires

Cameron blinda las Malvinas

Margaret Thatcher ya no es la responsable del Gobierno británico y el general Leopoldo Galtieri tampoco dirige Argentina. Pero poco importa, porque las relaciones entre ambos países parecen haberse remontado a 1982. Treinta años después de la Guerra de las Malvinas, Londres y Buenos Aires vuelven a enfrentarse por la soberanía del archipiélago.

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LONDRES- Tras salir victoriosa en las elecciones presidenciales del año pasado, a Cristina Fernández de Kirchner se le metió entre ceja y ceja reabrir el polémico debate sobre la nacionalidad que deberían tener los isleños. Sus pretensiones enfadaron (y mucho) a Downing Street y la situación empezó a ser tan tensa que el mismo Barack Obama pidió a los dos líderes que se sentaran a dialogar. Pero entre los dos no se han cruzado ni una palabra y ahora parece más imposible que nunca llegar a un entendimiento porque la paciencia del «premier» ha llegado a su límite.

En una sorprendente declaración en la Cámara de los Comunes, David Cameron reveló que había convocado al Consejo Nacional de Seguridad y que Argentina no debía subestimar su determinación para defender a sus compatriotas.

Según «The Times», que ayer dedicó su portada al asunto con el titular «Nueva alerta en Malvinas», el archipiélago ya cuenta con cuatro aviones Thyphoon en Mount Pleasant, base aérea que tiene un radar, y una fragata o un destructor que patrulla la zona. Pero el «premier» quiere dejar claro quién manda allí y está dispuesto a desplegar más efectivos militares a través de la isla de Ascensión, una decisión que habría podido coger por sorpresa a los altos mandos que intentan reorganizar las tropas tras los recortes impuestos por el Ejecutivo para hacer frente al déficit. «Hay planes de contingencia. Estamos seguros de tenerlos y son los correctos», dijo una fuente de Defensa al diario. Como si se tratara de una partida de ajedrez, Cameron quiso acompañar su jugada acusando a los argentinos de «colonialistas», ya que «los malvinenses quieren seguir siendo británicos y los argentinos quieren que ellos hagan otra cosa».

La respuesta de Buenos Aires no se hizo esperar. El ministro argentino del Interior, Florencio Randazzo, tachó de «absolutamente ofensivas» las afirmaciones del «tory» y recalcó que «la historia muestra claramente cuál fue la actitud de Reino Unido frente al mundo». Tan sólo se trató de un avance de peón.

Cuando verdaderamente Argentina movió la reina del tablero fue en diciembre. En una cumbre en Montevideo, los países de Mercosur –Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay– acordaron bloquear el acceso a sus puertos de buques con bandera de las Malvinas.

William Hague, el responsable de la diplomacia británica, dijo luego que había llegado a un entendimiento con Chile –país asociado al Mercosur– y Urguay, pero ambos países recalcaron rápidamente su apoyo a Kirchner reiterando su bloqueo, con las consecuencias que eso conlleva a los isleños, que viven de la pesca.

La concesión de licencias de exploración petrolífera por Reino Unido en 2010 también supuso un aumento de las tensiones, ya que se cree que sólo este año se podrían extraer hasta 8,3 millones de crudo. El escenario no es, por tanto, el mejor para celebraciones, pero Londres sigue adelante con sus planes de festejar el trigésimo aniversario de la guerra que enfrentó a los dos países. En el conflicto bélico murieron 255 militares británicos y más de 650 argentinos. La celebración del 29º aniversario del enfrentamiento estuvo marcada por la petición del primer isleño que quiso la nacionalidad argentina, algo que llegó de orgullo a Kirchner. El panorama tampoco impedirá que el próximo mes, el Príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión a la corona británica, viaje hasta las islas para tomar parte en unos entrenamientos de seis semanas como piloto de helicóptero de rescate.

Buenos Aires considera la visita como un acto de provocación, pero el Gobierno británico puntualizó ayer que ha sido pura coincidencia de fechas y no se van a cambiar, por las obligaciones que tiene luego el heredero con la celebración de los 60 años en el trono de la Reina Isabel II y los Juegos Olímpicos de verano. La Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, dejó ayer claro que el conflicto de las Malvinas constituye «una cuestión bilateral».