El huracán Sandy se cuela en casa de Irina Shayk

La naturaleza ha bendecido a Irina Shayk, y no sólo por sus divinas proporciones. El piso que la modelo tiene en Nueva York es de los pocos que se han salvado en su barrio. «Entró un poco el agua pero, según me dijeron unos amigos que fueron a echarle un vistazo, en general está bien», explicaba Shayk durante una entrevista a LA RAZÓN con motivo de su visita a España para promocionar la marca de zapatos «Xti», de la que es imagen. Irina adquirió un apartamento en 2010 en el popular barrio de West Village, a pocos metros del río Hudson que, tras el huracán, se desbordó e inundó calles y edificios. Sus vecinos de enfrente no han tenido tanta suerte. «En el bloque de pisos que está delante de mi casa el agua llegaba a superar los dos metros. Amigos míos estaban sin comida, sin agua, sin luz... es muy triste. Nunca imaginarías que puede pasar en Nueva York, y gracias a Dios que es América. Después del «Katrina» están muy concienciados y lo llevaban avisando días», comenta la modelo.

Aún así, Irina no podrá ir a comprobar en persona el estado en el que se encuentra su casa neoyorkina. Después de dos días en Madrid por trabajo vuela a Turquía a cumplir con otro compromiso laboral. «La gente se piensa que nuestra labor se limita a llegar, posar y ya está. Pero si te tomas en serio la profesión de modelo y no como un hobby, esto es un negocio», explica Shayk. Ni un pelo de tonta. Afirma ser consciente del paso del tiempo y de que la belleza no es eterna –al menos aquella que reclaman las marcas–. «Yo quiero vivir en el futuro tan bien como lo hago ahora. Tienes que invertir lo que ganas y ser inteligente en la toma de decisiones», sentencia Shayk.

Para la joven rusa, la crisis azotó a la industria de la moda mucho antes de que asolase al mundo en 2008. «Ya nunca volveremos a la época dorada de los 90, con las «sexi-top» Cindy Crawford, Claudia Schiffer o Helen Christensen. Eran ellas y unas pocas más. Mujeres poderosas que caminaban seguras de sí mismas, y que hacían que los hombres se giraran a admirarlas», rememora.

Pero no niega que el momento actual esté siendo especialmente duro y asegura que ésta es una de las razones que la impulsaron a aceptar ser imagen de la marca. «Son unos zapatos cómodos y económicamente más accesibles, porque, muchas veces, las modelos decidimos optar por marcas de lujo y el público siente que no puede permitírselo. Es bonito presentar algo que la gente se puede permitir», argumenta. Y, en cuanto a las recetas que pueden ayudar a salir de la crisis, ella responde: «ser positivo y ahorrar».

Así, la modelo tiene las cosas claras y el futuro estudiado. En sus cotizados labios aparecen conceptos como «maternidad», «fundaciones filantrópicas» y «literatura», su asignatura favorita en el colegio. Shayk confiesa que, en sus momentos bajos, hace sus pinitos en la poesía y no descarta «escribir un libro algún día». Esperemos que también haya sido bendecida en este sentido.

SU PASIÓN POR CR7 NO SE ENFRÍA
A pesar de los rumores de infidelidad por parte del futbolista y algunos escarceos de la modelo, y las continuas alertas de que «la relación se enfría por la distancia que les separa», todos los datos indican que el noviazgo se afianza: en enero de este año la inseparable madre de Ronaldo, Dolores dos Santos, abandonaba el lujoso chalet que la estrella del fútbol tiene en Madrid y volvía a Portugal. Según la revista portuguesa «Nova Gente», Shayk y su suegra no se llevan del todo bien y, ante los continuos encontronazos de las dos, Ronaldo tomó la decisión de alejar a su madre. Shayk dejó claro en la capital española por qué apuesta: «ahora vivo entre Nueva York y Madrid», resumió.