Literatura

Nueva York

Muñoz Molina: «En los cuentos me sale la parte más gamberra»

Antonio Muñoz Molina reúne una selección de sus relatos en «Nada del otro mundo»

Antonio Muñoz Molina, ayer en Madrid
Antonio Muñoz Molina, ayer en Madridlarazon

Es un Muñoz Molina diferente, que no aparece en la novela ni en el artículo. Un maestro distinto que incluye el humor y los elementos fantásticos. Los cuentos reunidos en «Nada del otro mundo» (Seix Barral) son un retablo biográfico de su literatura más breve y esencial, esa que surge de una noche de insomnio, una imagen, una experiencia fugaz y volátil como una visión inesperada. En estas páginas se encuentra el escritor que quiere abrirse paso y también el autor consagrado. «En los cuentos me sale la parte más gamberra», afirma. Por estas páginas hay historias de fantasmas y zombis. Y ese mundo de antes –donde existían «cassettes» y los personajes fumaban– que «ha quedado atrás». «La fantasía en la novela no me sirve. Cuando una obra es obviamente fantástica no me interesa. Sólo cuando forma parte de un contexto natural y se incluye para provocar un efecto», reconoce. El autor de «La noche de los tiempos» no oculta las influencias de su formación en el relato. Una lista en la que sobresalen Edgar Allan Poe, Borges, Onetti, Julio Cortázar o John Cheever. Muñoz Molina admite que «en el cuento estoy más tranquilo» y elogia la capacidad de un género que requiere sintetizar los goznes y resortes que emplea la novela, mientras acepta los límites de su imaginación: «Es muy limitada. Se extiende hasta el siglo XX. Más allá es otro mundo. Yo tengo sed de contemporaneidad».

Una presencia cansina
Muñoz Molina es un escritor que huye de las posiciones dramáticas, del catastrofismo que aventan algunas voces pesimistas que sólo tienen ojos para las carencias y nunca para los logros. Él defiende una mirada limpia de nostalgias, ideas preestablecidas y «discursos derrotistas». Nueva York le ha proporcionado un punto de vista que le hace observar desde otro plano lo que ocurre en nuestro país y que le ha enseñado «a ser más templado y procurar, antes de decir algo, pensarlo». La vida le ha conducido desde Úbeda a Manhattan. Un camino que le ha servido para cotejar el peso que tiene la política en la vida pública en España y en los EE UU. «Es muy cansina la ominpresencia de la política en España. También lo que dicen los políticos y lo que dicen de los políticos. Es una singularidad de España. Ves un telediario y la mayor parte es lo que han dicho o dicen los políticos. Las tertulias es lo que dicen otros de ellos. Es una derivación verbal. Tendríamos que contar lo que pasa mas que opinar sobre lo que pasa». El escritor no disimula el malestar que le produce el exceso verbal actual y muestra su disconformidad. «Todo se puede decir con educación y repesto. Hay una agresividad verbal gratuita. Y hay una cosa en que los partidos políticos han tenido un efecto muy dañino: casi todo se resuelve en tomar posiciones. O de A o de B. O de derechas o de izquierdas. Pero eso no lleva a ninguna parte. No tengo necesidad de involucrarme en una especie de partido de fútbol. No quiero llevar ninguna camiseta».


La reconversión cultural de España
Muñoz Molina no renuncia a la crítica y advierte del desafío que debe afrontar España. «Tiene que hacer una reconstrucción del sistema educativo desde el principio hasta lo más alto. No sólo en las humanidades, sino también en las ciencias, que, como la literatura, son parte de la cultura. Se va a tener que hacer un esfuerzo de reconversión cultural desde la escuela primaria hasta el trabajo de cada persona».


«NADA DEL OTRO MUNDO»
Antonio Muñoz Molina
Editorial Seix Barral
315 páginas. 18 euros