Londres
Bahréin transige y libera a sus presos políticos
Los manifestantes siguen esperando al líder opositor
MANAMA- Abdul Jaleel Al Singasi es uno de los 23 presos políticos chiíes indultados por el monarca Hamad Ben Isa Al Jalifa la madrugada del martes. Cerca de otro centenar fueron liberados ayer. Al Singasi, vicepresidente del partido opositor Al Haq, ha pasado seis meses y diez días en la cárcel, dos de ellos en régimen de aislamiento, y ha sido víctima de torturas como tantos otros. El opositor chií, acusado de actividades terroristas, fue detenido en el aeropuerto de Al Manana a su regreso de Londres tras una reunión con otros miembros del partido en 2010. «Nada más bajar del avión me detuvieron unos agentes y no me dejaron ni siquiera llamar a mi esposa», señala a varios periodistas. Fahmia, su mujer, no pudo visitarle en la cárcel hasta dos meses después.
45 días enteros los pasó en una celda de aislamiento con los ojos cubiertos y sin sus muletas. Al Singas tiene polio desde la infancia y no puede caminar sin apoyarse en ellas. «Al principio estaba desesperado, no tenía fuerzas de seguir. Nos sometían a todo tipo de abusos. En el pabellón de aislamiento vivíamos 30 presos. Tuve esperanza cuando nos cambiaron a otro centro de reclusos y empezaron las vistas orales», continua Al Singasi, que cree que su liberación se debe en parte a un gesto de acercamiento a los opositores para calmar la calle. Y también, por el regreso de Hasan Mushaima, figura opositora chií y líder del Al Haq en el exilio.
«Creo que el régimen está fuera de control. Al Jalifa planeaba seguir en el poder, pero se ha dado cuenta de que el pueblo ha dejado de temerle y no parará hasta derrocarlo», advierte. «Son diez años de autocracia que han arruinado al país. Lo ha dejado en manos de mercenarios extranjeros, nos ha robado las tierras e incluso ha vendido la costa. Los bahreiníes le hemos dicho ¡basta ya!».
Los chiíes quieren que el rey se vaya
En la plaza de La Perla se vivieron los mismos sentimientos exaltados que piden la caída de la monarquía. Para los manifestantes, la mayoría de ellos chiíes, la puesta en libertad de más de un centenar de presos no es una medida suficiente. Lo que quieren las decenas de miles de personas que han ocupado desde hace más de una semana la emblemática plaza de los mártires es cambiar el régimen. Así lo demostraron una vez más en las protestas masivas en Manama. Algunos de los presos políticos liberados ayer subieron a la tarima de la plaza de La Perla para decir que apoyan a los bahreiníes en su lucha. Por segundo día consecutivo los manifestantes esperaron con impaciencia la vuelta del opositor Mushaima.
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