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Javier Casares analiza en su nueva obra la falta de valores en la economía global

La Razón
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La economía desde sus primeros días surgió de la Ética. El mismo Adam Smith, considerado como uno de los padres de la economía, era moralista antes de derivar a la economía. Es desde la segunda mitad del siglo XX cuando Ética y Moral se consideran dos cuestiones separadas. Sin embargo, la economía no es una zona libre de valores, está influenciada por la moral. «Aristóteles y más tarde Keynes llegaron incluso a decir que la moral estaba por encima de la economía. Siempre pensaron que los legisladores debían ser desinteresados, cultos, educados y altruistas» afirma Javier Casares Ripol, Catedrático de Política Económica de la Universidad Complutense de Madrid y autor de su nueva novela «Ética, economía y política» (ESIC).

El economista aclara que «antes que ser analista o economista, uno debe poseer una serie de principios. No podemos pensar que si un sistema es bueno y funciona correctamente, las personas pueden actuar libremente. Hoy en día se buscan los intereses personales. El ser individual se sitúa por encima del colectivo y este finalmente acaba siendo corrupto». Pero incluso los hombres justos pueden caer. El dinero y sobre todo el poder, las grandes tentaciones del siglo XXI constituyen «el agujero negro de la economía. El poder no se estudia, es un proscrito en el campo de la economía, pero es claramente determinante. Una tarea tan cotidiana como ir al supermercado puede convertirse en una batalla de poderes enfrentados entre marcas y distribuidoras». El ciudadano no es consciente de la batalla abierta entre marcas dentro de su día a día.