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La campaña se calienta

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Pujol: «El problema es que está el Rey, no el Príncipe»
Por desgracia para los partidarios de la independencia de Cataluña, la Constitución no prevé que ninguna de sus comunidades pueda separarse para convertirse en un estado, lo cual está obligando a CiU a desplegar un formidable pulso para romper la costuras de un texto que ya no hacen suyo. El problema, sin embargo, no es únicamente jurídico, sino también político y, en este sentido, la presencia del Rey no facilita en absoluto las aspiraciones de los de Artur Mas. Así lo admitió ayer el secretario general de Convergència, Oriol Pujol, que subrayó que uno de los grandes inconvenientes es tener «enfrente al Rey Juan Carlos I y no al Príncipe Felipe».

La propia Constitución establece que «el Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones». Desde que Mas dio rienda suelta al proceso soberanista, don Juan Carlos se ha pronunciado con claridad en contra de la descomposición de España. «No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia», dijo el Monarca en un artículo publicado en su página web. En este mismo texto, a pesar de que la Generalitat no se sintió aludida, lanzó otro mensaje inequívoco dirigido a los soberanistas: «Lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas».

Oriol Pujol, en una entrevista a la cadena Cope, admitió que el Rey «ya ha tomado partido, y lo ha hecho por una cosa muy determinada», lo cual no facilita las aspiraciones de CiU para desarrollar su proyecto soberanista.
 

El PSC relaciona a CiU con el nazismo
Cada día que pasa, la campaña del PSC sube de decibelios. Si el viernes acusaban al president de la Generalitat, Artur Mas, de haberse beneficiado «personalmente» de la supresión del impuesto de Sucesiones, ayer lo compararon con el «hipernacionalismo» alemán y francés de las Guerras Mundiales. El expresidente del Aragón, Marcelino Iglesias, que acompañó al candidato del PSC, Pere Navarro, señaló que «cuando en Europa se han puesto fronteras y han ganado los hipernacionalismos, hemos tenido muchos desastres, más de 100 millones de muertos».

Iglesias llamó a «caminar juntos» y apuntó a Mas: «Estas elecciones son la demostración del fracaso de un gobernante que se apoyó en el PP en estos dos años, en un PP centralista, y cuando dejó de tener su apoyo, convocó elecciones». El socialista reconoció que se ha de mejorar la financiación de Cataluña, «pero no romper», enfatizó. Iglesias terminó pidiendo el voto para el PSC apelando «a la gente sensata que no quiere fronteras» y porque «es la garantía de que no haya una frontera entre Aragón y Cataluña». No obstante, varios altos cargos del PSC, como Jordi Martí o Rocío Martínez-Sempere, salieron al paso de las declaraciones de su colega de partido para pedir prudencia. Iglesias añadió que el PSC es la «garantía» porque «no haya nunca una frontera entre Lleida y Fraga».

Navarro, por su parte, propuso reducir a la mitad las once consellerias de la Generalitat y crear una gran Vicepresidencia que aglutine políticas sociales y medioambientales. Durante un acto en Lleida ante 500 personas, el candidato socialista criticó que el gobierno de Mas podría haber hecho el mismo trabajo con «la mitad» de departamentos.