Pensiones

España: Rue del percebe

La Razón
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Cuando un país está en crisis hay que tomar medidas, pero nunca se puede negar la evidencia. Los palos de ciego empezaron antes y durante la campaña electoral de las últimas elecciones generales. Los cimientos financieros de la Unión Europea se tambaleaban, pero aquí mirábamos para otro lado. Incluso despilfarrábamos con subvenciones absurdas, como la de los 400 euros o hacíamos demagogia con los cheques bebé. En todo este silogismo el entonces responsable de nuestra economía, Pedro Solbes se llevó las manos a la cabeza y puso pies en polvorosa diciendo: «¿Dónde me has metido?» Zapatero se quedó solo poniendo al mal tiempo buena cara. Hay veces en la política (muy pocas) En las que dos y dos son cuatro. Las matemáticas no engañan y la dictadura de los número siempre deja con el culo al aire a los malos gestores. De estar en la locomotora del viejo continente hemos pasado al furgón de cola. Tiran los alemanes y los franceses; los griegos piden el botijo y nosotros, muy cerca, no sabemos si estar en misa o tocar las campanas. Ahora se enfadan los funcionarios y los pensionistas -por aquello de los recortes- y los multimillonarios tiemblan -entiendan la ironía- ante la subida de impuestos que ha anunciado Moncloa. Los sindicatos tocan las palmas y empiezan a hablar de huelga general. Los parados están cerca de los cinco millones de personas. Cada vez nos parecemos más a la Rue del Percebe número 13.