Los Ángeles

La reelección de Obama peligra por el voto católico

La polémica ley sobre la reforma sanitaria provoca una rebelión entre los electores cristianos, clave en la cita de noviembre

La reelección de Obama peligra por el voto católico
La reelección de Obama peligra por el voto católicolarazon

La Iglesia católica está en pie de guerra contra la Administración Obama con una unanimidad y contundencia que no se veía desde el siglo XIX, cuando el racismo WASP (blanco, anglosajón, protestante) acosaba a los inmigrantes irlandeses e italianos. La polémica surgió a raíz de la nueva reforma sanitaria, la llamada «Obamacare», que obliga a todas las empresas a pagar un seguro médico a sus empleados que incluya «servicios reproductivos» que incluyen programas de anticoncepción e incluso aborto.

«Esto es un ataque directo a la religión y los derechos de la primera enmienda», comenta Jane Marie Klein, presidenta de la Alianza Franciscana, que reúne a trece hospitales confesionales. La ley federal aprobada el pasado 20 de enero no exime a las entidades religiosas. Es decir, la red Catholic Charities USA, que paga los seguros de 70.000 empleados y familiares y atiende a diez millones de personas al año, tendría que financiar estas actividades contrarias a su fe. «Le decimos a la gente ‘no hagas eso' y luego les damos el dinero para que se lo paguen», denuncia en conversación con este diario el obispo David Ricken, de Green Bay. El obispo leyó el domingo un manifiesto rotundo en su catedral, al acabar la misa, algo absolutamente insólito. «Vamos a parar esto y lo vamos a parar ahora», dijo. Los feligreses se levantaron y aplaudieron.

Ricken es sólo uno de los 60 obispos que han hecho leer en todas sus parroquias la misiva contra la ley Obama, «en defensa de la libertad religiosa». Además, otros 65 obispos católicos se han pronunciado por diversos medios. En total, ya son 134 diócesis, de las 195 que hay en el país, las que han protestado con vehemencia. «La Administración Obama ha dicho a los católicos ‘al infierno con vosotros'», proclama sin timidez el obispo de Pittsburg, David Zubik. El obispo de Peoria, Daniel Jenky, ha hecho resonar en todas sus parroquias un mensaje potente: contra «este asalto gubernamental sin precedentes», «radical y lleno de odio, de intolerancia», el obispo convoca «al combate espiritual y temporal en defensa del cristianismo católico». En todas las parroquias de la diócesis de Lincoln, en el estado de Nebraska, se toma nota de la llamada a la rebelión del obispo Fabian Bruskewitz. «No cumpliremos esta injusta norma. (...) Tenemos que estar preparados para aceptar el sufrimiento que podría incluir altas multas y la cárcel. Nuestra libertad religiosa está en grave peligro».

Pero la situación empieza a preocupar a la Casa Blanca en este año electoral. No sólo las personalidades tradicionalmente activas en la defensa de la vida o la familia han levantado su voz contra la ley federal, sino que también muchos «católicos sociales», ciudadanos no practicantes, pero que se sienten identificados con la religión, han cargado contra una medida que creen que atenta contra sus libertades fundamentales.

Hace cuatro años, Obama consiguió su voto y en muchos casos incluso su activismo en campaña, pero ahora podría perder este respaldo en favor del candidato republicano. Entre las voces que más ha sorprendido por su virulencia ha sido la del arzobispo emérito de Los Ángeles, Roger Mahony, considerado uno de los más «de izquierdas», que ha llamado a la desobediencia civil.

El órdago de los republicanos
«Éste es un error que puede costarle a Obama estados católicos como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que Obama necesita para conseguir su reelección», asegura a LA RAZÓN Joshua Mercer, portavoz de la plataforma CatholicVote.org. «Que nadie se equivoque: no se trata de la anticoncepción, sino de la libertad». Para Mercer, la Iglesia está bien equipada para presentar batalla: «El arzobispo Timothy Dolan de Nueva York lidera este tema, y en el Congreso hay dos líderes fuertes en ello, Jeff Fortenberry, representante de Nebraska, y el senador Marco Rubio, de Florida». Rubio, además, suena entre las posibilidades del Partido Republicano para ir de vicepresidente.

Otros Estados donde Obama ganó en 2008 gracias a cierto voto católico pueden pasarle factura ahora: New Jersey y Conecticut y Rhode Island. Y está por ver la reacción de los evangélicos y otras comunidades religiosas.

«Creo que los otros líderes religiosos saben que si se puede forzar a los católicos a violar su dogma o a abandonar su trabajo social, eventualmente lo mismo les pasará a ellos, así que me parece que habrá un frente unido que también incluirá a musulmanes y judíos», explica a LA RAZÓN Wesley J. Smith, experto en bioética médica del Discovery Institute.