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La unión hace la fuerza por Carmen Gurruchaga

La Razón
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Italia y España afrontan problemas comunes dentro de la eurozona, una de las causas por las que Monti y Rajoy se han reunido en cuatro ocasiones en lo que va de 2012. Pero también es una realidad que el peso de las dos economías juntas supone un tanto por ciento muy elevado del total de la zona euro, de suerte que si caminan unidos y adoptan decisiones conjuntas tienen muchas posibilidades de ganar esta pugna emprendida por Merkel entre la austeridad absoluta o compaginar ésta con incentivos al crecimiento. Francia, otro país que geográficamente también está en el sur de Europa, aunque sus gobernantes hayan creído siempre pertenecer al norte, tiene ahora un nuevo presidente, François Hollande, que comparte con españoles e italianos la mezcla de austeridad y gasto para salir de la crisis. Así pues, cuando Alemania exigió que los dos países grandes del sur de Europa fueran obligatoriamente de la mano si querían que el BCE comprara su deuda e el mercado secundario, no debían esperar recibir una respuesta negativa conjunta en el sentido de que, en este momento, no existe necesidad de pedir que el BCE intervenga para reducir la presión sobre la deuda soberana. Y es que, al parecer, ambos mandatarios han conseguido lo que pretendían: que exista un instrumento financiero del que echar mano en caso necesario, pero que mientras tanto, permanezca inactivo. Una especie de seguro que custodia el euro y la eurozona frente a posibles ataques de los mercados, del que puede hacer uso cualquier país que lo necesite, porque España e Italia no son los únicos que lo están pasando mal. Este mecanismo supone un paso adelante en la conformación de esa unión bancaria y fiscal para construir una Eurozona más sólida, próspera e integrada por la que pelean estos países.