Agitación civil
Túnez y Argelia estallan por la subida del precio de los alimentos
«Los productores y distribuidores mayoristas tienen parte de culpa», señala el ministro de Comercio argelino.
En los últimos meses los precios de los alimentos básicos en Argelia se han elevado considerablemente, lo que ha provocado violentas revueltas en todo el país. Si en España las quejas vienen del aumento de los productos de las ensaladas (las cebollas, el tomate y la lechuga han subido en 2010 un 11,4%, 7,3% y 6,4% respectivamente), los argelinos han visto cómo, por ejemplo, la harina y el aceite han pasado a costar el doble y el azúcar ha alcanzado una cifra récord: de los 70 dinares que pagaban, el mismo kilogramo ha subido ahora a 150 dinares (1,5 euros).
Un grupo de estudiantes argelinos encendió la mecha de las protestas el martes. Según el diario «Les derniéres nouvelles d'Algérie», fueron los adolescentes del instituto de Ath Mellikeche, en Tazmalt, los que se manifestaron por el elevado precio al que había llegado el transporte escolar.
Poco a poco, sus protestas tuvieron efecto en todo el país. El miércoles por la noche cientos de jóvenes se enfrentaron a la Policía en Argel, la capital. En el barrio de Babel Oued, los argelinos comenzaron una fuerte manifestación en la que prendieron fuego a un concesionario y a una tienda de móviles. La Policía antidisturbios intentó dispersarlos con gas lacrimógeno, los jóvenes contestaron a pedradas y hasta, según medios locales, «levantaron barricadas con neumáticos que posteriormente quemaron». También estallaron protestas en Dejlfam Ourgla y en las ciudades de Blida y Orán (segunda más importante del país).
Horas antes, el ministro de Comercio de Argelia, Mustafa Benbada, había dicho que la escalada de precios no venía sólo del aumento de precios en los mercados mundiales, sino que también los «productores y distribuidores mayoristas tienen su parte de culpa. Los beneficios que imponen son una exageración». Para Miloud Aziz, de 47 años, «todo» lo que está sucediendo gira en torno a la alimentación de los niños. «Los precios son demasiado caros para gente como nosotros», reconoció a Reuters. El desempleo también podría ser consecuencia directa de los disturbios. La cifra oficial de paro en Argelia se sitúa en el 10%, aunque hay organizaciones independientes que la elevan hasta casi el 25%. «La juventud está loca contra el régimen. No entiende por qué un país rico en gas es incapaz de ofrecer trabajo, casas y una vida decente a su gente», señaló Mohamed Said, de 55 años.
Ambos tienen razón, las arcas del Estado están llenas y habían prometido que los alimentos básicos como la leche y el pan no iban aumentar: «El Estado sigue subvencionando estos productos», recordó Benbada. También el presidente, Abdelaziz Buteflika, había anunciado orgulloso su plan de inversión de 286 millones de dólares para crear empleo. Un plan insuficiente para los jóvenes de Akbou, Bejaia, quienes al cierre de esta edición habían asediado la Comisaría tras atacar la oficina de Correos y la sede de un tribunal con cócteles molotov.
Las protestas tunecinas
Desde que el frutero ambulante Mohamed Buazizi se quemó a lo bonzo en Sidi Bouzid hace tres semanas, los disturbios y la tensión han sido el pan de cada día en Túnez. La situación en el país, castigado por un índice salvaje de paro, ha ido a peor a pesar de los esfuerzos del presidente, Zine el Abidine, para hacer pasar la crisis social por las quejas de una minoría extremista. Sin ir más lejos, los abogados tunecinos se sumaron ayer a las protestas de los parados con una huelga secundada por el 95% del gremio, según la Asociación de la Abogacía de Túnez. Y ya han muerto cuatro personas en las protestas. Tampoco el joven Buazizi ha sobrevivido: fallecía el martes después de una agonía de más de dos semanas. Por su parte, el colectivo de hackers Anonymous ha puesto su grano de arena al conflicto bloqueando todos los sitios web estatales del país.
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