El boom de Jeremy Lin «linspira» a los políticos taiwaneses

Mientras en Estados Unidos, los fans se pelean por verle en acción, la "Linmanía"se extiende por las calles de Taipei y su efigie a tamaño natural adorna la entrada de los bares.

Hasta ahí, todo normal, lo esperado en un país sin deportistas de talla mundial. Sin embargo, los que enseguida han aprovechado el tirón han sido los políticos de la isla que, según la prensa local, se han declarado "linspirados"por el base de los Knicks de Nueva York y se sirven de su ejemplo para definirse o alentar a la población del país asiático.

El entorno presidencial califica a éste como "el base de Taiwán"y se compara a los ministros con jugadores de baloncesto. Por su parte, el ex presidente Lee insta a los jóvenes a seguir el espíritu de superación y falta de egoismo de Lin al jugar para el equipo. Incluso el jefe de Policía de Hualien intenta estrechar la relación con los chicos del vecindario a través del deporte de la canasta.

Las circunstancias han querido que con la explosión del joven americano-taiwanés los millones de ojos de China vuelvan a posarse en la NBA. Tras el adiós del gigante Yao Ming, al baloncesto profesional americano le vendría muy bien una nueva estrella asiática.

Sin embargo, los progenitores de Lin no son oriundos de la China continental, sino de Taiwán, considerado como una provincia china por el gobierno de Pekín, un país independiente por ellos y una nación en situación ambigua por la mayoría.

Con todo, el talento no entiende de política y el chico de moda en Estados Unidos sólo quiere repartir juego en el parqué del Madison Square Garden de la Gran Manzana.