La fábrica

Florentino Pérez parece que ha renunciado a la galaxia. Aparentemente, ha quedado relegada a Mou-rinho. Esta temporada la estrella está en el banquillo. Fichar a León y al alemán Khedira es en principio, emplear bien los dineros. Son dos jugadores que han de dar buen rendimiento aunque ninguno de ellos posea «glamour» de estrella.Lo que ha cambiado, salvo sorpresa y que aún haya alguna contratación con alfombra roja y miles de espectadores en la presentación en el Bernabéu, la novedad está en los métodos del nuevo míster. Los va a poner a trabajar. A cumplir un horario. Sucede que, en general, los futbolistas son los profesionales que menos tiempo emplean en su preparación. En baloncesto, deporte sin tanta trascendencia, hay jugadores que emplean más tiempo en ensayar los tiros a canasta que los futbolistas en el total de sus ejercicios. Que los jugadores se entrenen y posteriormente almuercen en la ciudad deportiva y en ella echen la siesta antes de afrontar la segunda parte del entrenamiento es novedad en España, pero hace muchos años que se practica en Europa. En cierta ocasión fui a presenciar un partido de Copa de Europa. El Madrid jugaba el miércoles y el equipo que le dio una soberana paliza, el día antes, tal y como nos enseñaron los dirigentes del club alemán, se entrenó, almorzó y dedicó la tarde a cumplir su horario laboral como el resto de la semana.Di Stéfano llamaba al Bernabéu «la fábrica». Tenía un con-cepto laboralista del oficio a pesar de que era una gran estrella y podía ser tratado de usía.