Declaración de la renta 2023-24
Aviso importante de Hacienda para los trabajadores que cobren más de 22.000 euros al año
El organismo público, dependiente del Gobierno, recuerda que todos aquellos trabajadores que cobren un salario superior a los 22.000 euros al año deben presentar la declaración de la Renta.
La campaña de la Renta correspondiente al ejercicio de 2023, que comenzó hace más de un mes, es el momento para que los ciudadanos ejerzan sus obligaciones fiscales. Por este motivo, Hacienda tiene un aviso importante para los trabajadores que, en función de su sueldo, están obligados a declarar el Impuesto de la Renta de las personas Físicas (IRPF).
Este año, el límite de ingresos en el que se comienza a declarar las rentas recibidas durante el 2023 es con carácter general de 22.000 euros anuales. En el caso de los trabajadores cuyos ingresos provienen exclusivamente de rendimientos del trabajo, es decir, de sus empleos, estarán obligados a presentar la declaración si sus ingresos alcanzan los 1.833 euros brutos mensuales en un esquema de 12 pagas, o 1.571 euros brutos al mes si se distribuyen en 14 pagas.
¿Qué pasa con aquellos que cobran menos de 22.000 euros?
Si bien los trabajadores que reciben una nómina de entre 15.000 y 22.000 euros suelen no tener que presentar la declaración de la Renta, no siempre están exentos ante Hacienda. La propia Agencia Tributaria aclara en su sitio web que se deben considerar lo siguiente:
- No tendrán que declarar en el caso de que obtengan los rendimientos íntegros del trabajo de un único pagador.
- Si han tenido más de un pagador, tendrán que hacerlo, si el sueldo recibido del segundo, o sucesivos pagadores, es mayor a 1.500 euros.
Si se cobran menos de 15.000 euros al año
En situaciones donde el salario anual sea menor a 15.000 euros, equivalente a menos de 1.250 euros mensuales con un sistema de 12 pagas, o 1.071 euros mensuales si se opta por 14 pagas, no existe obligación legal de presentar la declaración de la Renta. Esto aplica sin importar si el ingreso proviene de un único empleador o de múltiples fuentes de empleo.
Sin embargo, aquellos trabajadores que estén interesados en beneficiarse de posibles deducciones fiscales —tales como las aplicables por conceptos de vivienda habitual, alquiler, primas de seguros, entre otros— podrán optar por presentar su declaración de impuestos de manera voluntaria. Es importante destacar que, aunque no es obligatorio, hacerlo puede resultar en beneficios fiscales que reduzcan la carga impositiva del contribuyente.
Así, la decisión de presentar una declaración bajo estas circunstancias debería considerarse cuidadosamente, evaluando las posibles ventajas fiscales frente a la situación personal y financiera del trabajador.
¿Qué pasa si no se hace la declaración de la Renta?
Si no se cumple con la obligación de presentar la declaración de la renta cuando corresponda, es posible enfrentarse a varias consecuencias legales y financieras. En primer lugar, la administración tributaria puede imponer recargos por la presentación fuera de plazo y aplicar intereses de demora sobre el monto adeudado.
Además, existen multas específicas por no presentar la declaración, cuyo monto oscila entre los 100 euros y el 150% de la cantidad a pagar dependiendo del tiempo de retraso y de si se considera que hubo intención de defraudar al fisco.
En caso de que la administración tributaria detecte la falta de presentación, puede iniciar un procedimiento de apremio para cobrar los impuestos debidos, junto con cualquier penalización o interés acumulado. Asimismo, podrías recibir un requerimiento para que presentes la declaración; si no respondes a este requerimiento, la agencia puede estimar tus ingresos y calcular la deuda tributaria en tu nombre, lo cual generalmente resulta menos favorable para el contribuyente.
Finalmente, no estar al corriente con tus obligaciones fiscales puede restringir tu capacidad para realizar ciertas operaciones financieras o acceder a beneficios públicos, como subvenciones y ayudas gubernamentales.
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