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Ni pies ni cabeza (0-2)
El Betis se aprovechó de la inocencia y el mal juego del Atlético para vencer y «ajusticiar» a Manzano
MADRID- La despedida de Manzano como entrenador del Atlético en el Calderón, en partido liguero, fue triste, decepcionante y sirvió para corroborar el divorcio que existe entre el técnico y los jugadores. El Betis ganó sin hacer nada del otro mundo, casi sin merecerlo y con el mínimo esfuezo, aunque seguro que Pepe Mel argumenta su buena defensa, el trabajo de Cañas para anular a Diego y la paciencia para aprovechar los agujeros negros que siempre ofrecen los rojiblancos a lo largo de un partido.
El que no tiene argumentos es Manzano. Lleva unos cuantos partidos sin tenerlos y ayer, además, se rompió la racha del Calderón, donde el equipo, sin jugar bien, salvaba los encuentros y no conocía la derrota. El técnico apostó por Juanfran en el lateral derecho y el experimento, que ya había hecho en otros choques, salió mal. La pareja Gabi-Assunçao para manejar el centro del campo fue un fiasco. El canterano se dedicó a sacar los córners por la derecha y a ensayar en un par de ocasiones el tiro desde lejos. Y el brasileño mezcla cosas buenas con errores infantiles. Pasa el balón al contrario, juega hacia atrás y tampoco es una excelencia en el corte y la presión, sus mejores virtudes futbolísticas.
Con ellos, con Diego muy encimado por Cañas y con Arda como un verso suelto, la poesía del Atlético a la hora de la elaboración del juego chirría. La circulación del balón se convierte en una pesadilla, no hay rapidez de movimientos en la zona vital y las jugadas mueren en la frontal porque el rival –en este caso el Betis – acumula gente delante de su área y barre. Cuando roba busca salir con criterio, como lo hizo Beñat, apoyándose en un joven Pozuelo, veinte años, que marcó el primer gol bético y fue expulsado.
Con ese sistema, Adrián y Falcao se desesperan. El colombiano tuvo en los primeros minutos dos ocasiones, pero cayó, poco a poco, en la depresión y se contagió de la inoperancia de sus compañeros. El asturiano tiró desmarques y remató de cabeza en la acción en que Casto voló para evitar el gol. Sin embargo, no está cómodo porque el Atlético de ayer jugó mucho por arriba –Godín se cansó de cabecear fuera en la mayoría de los saques de esquina– y muy poco por abajo. Las bandas no existieron y los centros laterales de Filipe Luis y Gabi nunca encontraron la cabeza de Falcao, su presumible destino.
El Atlético, que fue de más a menos, se expresó mejor en el primer tiempo. Con mucho ruido y pocas nueces, el juego del equipo, cuando a Diego se le encendía la luz y dejaba de conducir la pelota de forma absurda, era superior al del Betis, pero faltaba efectividad y definición ante una defensa que no daba un metro y que tenía la lección aprendida.
Cuando marcó Pozuelo, con ayuda involuntaria de Domínguez, que se resbaló, la suerte estaba echada, la sentencia de Manzano firmada y la derrota era una realidad. El técnico probó con Reyes y Koke, relevos –protestados– de Diego y Arda. Parecía que a Manzano ya todo le daba igual y echaba un pulso a la afición. Y cuando Juanfran regaló el segundo gol a Roque, con lo que se consumaba el «ajusticiamiento» del entrenador, la gente ni se inmuto. Era la triste despedida de un Atlético que no juega a nada.
- Ficha técnica:
0 - Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Godín, Domínguez, Filipe; Gabi (Salvio, m. 83), Assuncao, Arda Turan (Koke, m. 70); Diego (Reyes, m. 70); Adrián y Falcao.
2 - Betis: Casto; Isidoro, Dorado, Amaya, Nacho; Cañas, Iriney, Beñat (Roque, m. 71); Pozuelo, Jonathan Pereira (Jefferson Montero, m. 64) y Rubén Castro (Molina, m. 85).
Goles: 0-1, m. 55: Pozuelo aprovecha un resbalón de Domínguez y bate a Courtois. 0-2, m. 90: Molina, tras un error en el despeje de Juanfran.
Árbitro: José Luis González González (C. Castellano-leonés). Expulsó por doble amarilla a Pozuelo (m. 56 y 73). Amonestó a los locales Domínguez (m. 29) y Assuncao (m. 40) y a los visitantes Cañas (m. 44) y Casto (m. 87).
Incidencias: partido correspondiente a la decimoséptima jornada de Liga en Primera División, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 40.000 espectadores.
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