Nueva Delhi
OPINIÓN: Un hueco en el mundo
Las personas proyectamos nuestras sueños en los más pequeños porque a ellos todavía les queda la oportunidad de lograr lo que a nosotros se nos escapó en la vida. Murlim me cuenta orgulloso los planes que tiene para su pequeña Kamali mientras compartimos un té en la única habitación de su hogar. Vivir en menos de 10 metros cuadrados no es sencillo. Sin embargo, esta familia se considera afortunada entre la vorágine de Nueva Delhi. Poco importa si el único lugar que tienen para estar juntos es una pequeña habitación que comparten los siete componentes de la familia con turnos para dormir, ver la tele, descansar, comer, leer o cualquier actividad casera. Es su refugio y allí son felices. Y cuando todos no caben encima de su gran cama, salen a la calle. No hay restricciones. Todas las puertas están abiertas y todo el mundo es bienvenido a su pequeño refugio, aunque para llegar a él hay que subir casi 50 escalones, así que tampoco tienen demasiadas visitas.
Murlim y su hijo llevan un negocio de taxis que les permitió adquirir su pequeño hogar, y las mujeres se encargan de las tareas domésticas. Así es en la mayoría de las familias hindúes, en las que sólo un 10 por ciento de las mujeres trabaja fuera de casa, por lo que la vida comercial es mayoritariamente masculina. Aunque la educación primaria hasta los 14 años es gratuita y obligatoria, sólo dos de cada cinco indias saben leer y escribir, ya que la mayoría abandonan las aulas antes de la adolescencia, perdiendo así todas sus posibilidades de encontrar un empleo.
Kamali será una de las afortunadas. Falta sólo un mes para que cumpla los tres años y en su hogar ya están preparando una mochila para que vaya a la escuela. Un lápiz y una pequeña libreta serán las herramientas que utilice para conseguir sus sueños. Confían en que en unos años pueda leer y escribir, hablar inglés, y tenga el apoyo y la motivación para estudiar una carrera que le proporcione un trabajo y, lo más preciado, su independencia. Sólo de ese modo podrá costearse su propio espacio en el mundo, un pequeño hueco entre millones de personas tampoco es pedir demasiado. Mañana comienza la escuela y también el resto de su vida.
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