Ministerio de Justicia
Guerra de despachos en la Audiencia
Madrid- La asignación de un nuevo despacho al ex presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez ha originado el primer punto de fricción entre éste y su sucesor en el cargo, Fernando Grande-Marlaska. Ante la evidencia de que no hay despachos vacíos en el edificio de la madrileña calle Génova, donde desarrollan su trabajo los magistrados de la Sala de lo Penal, el presidente de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes, dio su visto bueno a que se habilitara uno para Gómez Bermúdez en la sede de la Sala de lo Contencioso-administrativo, en la cercana calle Goya. Pero las quejas de algunos magistrados llegaron a oídos de Grande-Marlaska, que a finales de abril dictó un acuerdo ordenando el traslado de su antecesor a la sede de la calle Génova, junto al resto de compañeros.
Para el nuevo presidente de la Sala de lo Penal, la presencia de Gómez Bermúdez en otro edificio podía crear «disfunciones» en las deliberaciones y en las horas de audiencia. En esa misma resolución, Grande-Marlaska adscribía a Gómez Bermúdez a la Sección Cuarta de lo Penal, presidida por la magistrada Ángela Murillo.
A continuación, Marlaska telefoneó al afectado para comunicarle el contenido del acuerdo, que Gómez Bermúdez está ahora dispuesto a recurrir ante el Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el órgano de gobierno de los jueces. Ante la renuencia de su antecesor, Marlaska redactó un segundo acuerdo en el que preguntaba al resto de magistrados quién estaba dispuesto a compartir despacho. El pasado viernes concluyó el plazo y el resultado de esa iniciativa no ha trascendido.
El conflicto entre ambos está, pues, sobre la mesa y la situación creada preocupa al presidente de la institución, que aunque no ve inconveniente alguno en el hecho de que Gómez Bermúdez trabaje en una sede distinta, tampoco pondrá pegas al posible regreso del magistrado al edificio de la calle Génova. El armisticio de esta singular guerra de despachos parece lejos de firmarse, pero por ahora Grande-Marlaska ha decidido acometer unas obras en la Secretaría de la Sección Tercera para acomodar allí a Gómez Bermúdez, quien no obstante está decidido a recurrir al arbitraje del CGPJ, molesto por las formas con que se ha abordado el asunto.
Sin precedentes
La situación no tiene precedentes en la Audiencia Nacional, pues el antecesor de Gómez Bermúdez, Siro García, se trasladó al Tribunal Supremo al dejar el cargo en abril de 2004. Esta vez ha sido distinto. Según las fuentes consultadas, tras desalojar Gómez Bermúdez el despacho dos semanas antes de la toma de posesión de Grande-Marlaska, la secretaria judicial de la Sección Cuarta ofreció el suyo al presidente saliente, una solución que no le pareció adecuada al secretario de Gobierno de la Audiencia Nacional, Luis Martín Contreras. Éste ofreció al magistrado la posibilidad de trasladarse a la calle Goya con la bendición de Juanes. Finalmente, Gómez Bermúdez se instaló allí, a la espera de que quedase algún despacho vacío en la sede de Génova.
Fuentes de la Audiencia Nacional mostraron su «perplejidad por la situación», al haberse «creado un problema donde no lo hay», a la vez que insistían en que «se trata de una nimiedad teniendo en cuenta la que está cayendo».
El Pleno del Consejo General del Poder Judicial eligió el pasado febrero a Grande-Marlaska como nuevo presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Once vocales le dieron su apoyo en segunda votación frente a los nueve que optaron por Gómez Bermúdez, que no pudo repetir en el cargo.
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