Guadalajara

AVANCE EDITORIAL: «Militares italianos en la guerra civil española»

Títiulo: «Militares italianos en la Guerra Civil española».Autores: Carlos Murias, Carlos Castañón y José Mª Manrique.Edita: La Esfera de los Libros.

De los 30.000 soldados italianos que participaron en las filas nacionales, murieron alrededor de 1.500
De los 30.000 soldados italianos que participaron en las filas nacionales, murieron alrededor de 1.500larazon

El avance italiano rompió una débil línea defensiva republicana,pero dicho avance se detuvo antes de alcanzar ningún objetivo importante. Los italianos habían lanzado sus cuatro divisiones a la batalla, pero el Ejército Republicano las había detenido y después rechazado hasta casi sus puntos de partida iniciales. En cuanto a las bajas, murieron alrededor de 2.000 republicanos y cerca de 4.000 resultaron heridos. Las bajas italianas, según el Ufficio Spagna, fueron de 415 muertos, 1.832 heridos y alrededor de 500 prisioneros y desaparecidos. (...) Pero las consecuencias más importantes se centraron en el plano propagandístico. El mito de la infalibilidad e invencibilidad del Duce había sido dañado y fue aprovechado por la propaganda republicana, que propagó la noticia de la derrota italiana. La moral de los defensores de Madrid se elevó considerablemente. La propaganda fascista contraatacó y calificó la batalla de una victoria que no se pudo explotar por acontecimientos posteriores. Sin embargo, los italianos sabían que habían sufrido una severa derrota y antes de que el CTV volviera a entrar en acción era necesario reorganizarlo completamente.Como posibles causas de la derrota italiana en Guadalajara se pueden apuntar varias. A nuestro juicio, la más importante fue la fuerza y la rapidez de la reacción republicana al ataque italiano. En ninguna otra ocasión de la guerra las fuerzas frentepopulistas llevaron a cabo una concentración de fuerzas tan rápida y ordenada como en Guadalajara. Los republicanos lanzaron a la batalla casi todos los carros de combate y aviones que estaban disponibles. Al terminar aquélla había en línea y en reserva 52 batallones, es decir, entre 30.000 y 35.000 hombres.Esta concentración fue facilitada en gran medida por la inactividad de las tropas nacionales en el sector del Jarama, que no efectuaron ataques de distracción en el sector con el fin de fijar a las tropas republicanas. Las razones por las que Franco no ordenó atacar en el Jarama son más difíciles de determinar. Franco, a diferencia de los italianos, pensaba que en una guerra civil las victorias rápidas eran contraproducentes. Él era partidario de un avance lento que le permitiera purgar el territorio conquistado y pacificarlo adecuadamente. Los italianos, por el contrario, eran partidarios de conseguir avances y victorias espectaculares que redundaran en su propia gloria y en un rápido final de la guerra.(...) Otra causa que conviene estudiar son las deficiencias y debilidades del propio CTV, tanto en las tropas como entre sus jefes. Parece que los italianos sobrevaloraron la capacidad de sus tropas. La División Littorio no estaba exenta de debilidades, sin embargo se comportó relativamente bien en combate. Por el contrario, las divisiones de camisas negras fueron muy deficientes, pues muchos de sus soldados no estaban en condiciones físicas de ir al combate. Estos soldados habían pasado por una instrucción sumaria, algunos ni siquiera sabían manejar sus armas, y muchos de los conductores y otro personal especializado desconocía el manejo del equipo a su cargo.También era muy importante la falta de motivación de la tropa. Antes y durante la batalla los propagandistas italianos trataron de elevarles la moral, presentaban a los republicanos como bárbaros culpables de innumerables atrocidades y describían la guerra como una cruzada anticomunista. También se apelaba a la lealtad al Duce y a la responsabilidad de representar el fascismo en suelo español. Nada de esto surtió efecto, y fue un fracaso absoluto. El propio Roatta consideraba que uno de los defectos más importantes de sus soldados es que no odiaban al enemigo. Por el contrario, reconocía que las Brigadas Internacionales combatían de forma capaz y sobre todo con fanatismo y odio.Suave disciplinaFinalmente debemos cargar una gran parte de la responsabilidad de la derrota a Roatta y su Estado Mayor. Subestimaron al enemigo y creyeron que, una vez roto el frente, una sola división sería capaz de llegar hasta Guadalajara. La planificación italiana de la ofensiva fue apresurada e incompleta, pues se basaba en información insuficiente. Desconocían el tipo de terreno en el que se iba a desarrollar el ataque, una meseta de 1.000 metros de altura media. Se equipó inadecuadamente a las tropas con ropa colonial, cuando el tiempo en la zona es propenso a tormentas y vientos fuertes. Cuando llovió, el terreno se volvió impracticable para los vehículos, lo que, unido al escaso número de carreteras, provocó que los embotellamientos fueran frecuentes y dejaran a las columnas a merced de ataques aéreos y artilleros. No se estudió el terreno de la batalla, a muchos jefes de batallón no se les facilitaron mapas y el propio Roatta utilizaba un mapa Michelin a escala 1:400.000, cuya falta de detalles y de información topográfica hacía que resultara insuficiente para preparar una batalla. (...) Es muy interesante reproducir aquí parte de los informes que elevó a la superioridad el entonces jefe de enlace español con las divisiones de voluntarios legionarios, comandante Francisco R. Urbano, y que se conservan en el Archivo General Militar de Ávila (DN. A. 27, L. 6 bis. C. 103). En su primer informe, de fecha 18 de marzo de 1937, referente a la maniobra de ruptura efectuada por la 2ª División de Camisas Negras sobre Miralbueno y Almadrones, el comandante Urban afirmaba: «La característica de esta tropa es la abundancia de elementos con que está dotada. La disciplina no parece muy severa. No dan hasta ahora la sensación de tropas efectivas. Parecen carentes de cohesión. A juicio del que expone, la capacidad ofensiva de esta tropa, hasta ahora, es escasa. La oficialidad, perteneciente a las Camisas Negras, tiene una disciplina muy relativa y la competencia profesional, como es lógico, es más relativa todavía. La oficialidad profesional, seleccionada, sin duda, da pruebas de un gran espíritu militar y de gran capacidad de trabajo. Su competencia técnica no deja que desear».