Cobradores del tricornio

Debe ser que se premia el descaro y no me he enterado. Dice el ministro del Interior que la Guardia Civil está para multar, no para advertir. Qué decepción. Creí que la Benemérita era parte de los Cuerpos de Seguridad del Estado y estaba para velar por nuestra seguridad, nuestra integridad y salvaguardar nuestra vida. A Rubalcaba la huelga de «bolis caídos» no le gusta, y que no se vayan a recaudar los 430 millones de euros en multas de 2009, le cabrea. Le debería preocupar más no servir al ciudadano que desplumarle. Cuando al Ministerio del Interior le parece mal lo que a la totalidad de españoles le parece perfecto, es que algo falla. Para eso, que pongan a cobradores del frac en las carreteras, que nos va a salir mucho más barato, vistoso y acojonan menos. Al señor Rubalcaba y a sus adláteres, léase Pere Navarro, director de la DGT– el mismo que abroncó a los españoles por preocuparnos más de De Juana Chaos que de conducir bien y cuyo coche oficial incumplió las normas de tráfico saltándose los límites de velocidad–, les importa más ingresar nuestros euros que nos dejemos los sesos en cualquier carretera mal asfaltada o nuestra movilidad motriz en cualquier circunvalación pésimamente señalizada. Me encanta que la vida convierta en sabios a amigos, como Raúl del Pozo, que inventó muy acertadamente el verbo rubalcabear para definir la rebuscada forma de actuación de ir por detrás aparentando que se va por delante. Su afán recaudatorio es vomitivo, como su poca vergüenza por mucha cartera ministerial que ostente. Gracias señor Rubalcaba. Ahora viajamos más tranquilos. Feliz viaje a usted también.