La ocasión la pintan blanca

Tras el éxito, desmesurado, de «Pé- rez, el ratoncito de tus sueños» (tuvo hasta una secuela), Julio Fernández vuelve a invertir sus euros en la animación combinada con imágenes y personajes reales para echarle el guante a la taquilla navideña. De ahí emerge «Copito de nieve», que, sin embargo, vuelve a pecar de producto un tanto soso y pueril. De acuerdo: hablamos de una cinta dirigida a los niños más pequeños, pero ello no significa que éstos vayan solos al cine, ni, menos, que el guión deba adolecer de esta peligrosa, casi anémica, debilidad. Años 60: el único gorila albino del mundo aterriza en Barcelona rumbo al zoológico. Pero, antes, alguien tiene la feliz idea de que pase una temporada con una familia para aclimatarse a la nueva realidad. O eso suponemos. El premio le toca a un singular matrimonio que parece vivir en Babia y padres de una espabilada niña que pronto le coge gran cariño al huésped. Incluso le enseña a jugar al fútbol vestido con el uniforme blaugrana... Tras una serie de veniales desdichas, el protagonista marcha en busca de la Bruja del Norte (Pataky, qué trayectoria) para que lo cambie de color y pertenecer sin problemas a la negra manada. El mensaje final, por enésima vez, está claro: ojo con los simios (y los humanos) que rechazan a los tipos diferentes, quizá ellos sean igual de raritos en otros aspectos. Lástima que, a esas alturas, los padres estén quizá mirando para Albacete desde hace un buen rato.

lo mejor:
un divertido y comiquero Pere Ponce que encarna al malvado gafe
lo peor:
es una cinta tan infantil que los padres van a desengancharse muy pronto de la historia