Pago a proveedores

Les Corts obligan a Fabra a saldar la deuda municipal

Les Corts obligan a Fabra a saldar la deuda municipal
Les Corts obligan a Fabra a saldar la deuda municipallarazon

VALENCIA- El debut de Alfonso Rus en Les Corts Valencianes no pudo ser más sonado. Primero, porque hizo gala de su estilo habitual y enhebró mil y una bromas, chistes, dichos y estudiadas salidas de tono que provocaron la hilaridad de las bancadas de la oposición, más incluso que entre las del Gobierno. Y la segunda, porque al admitir una enmienda de adición de Esquerra Unida, los «populares» aprobaron, a sabiendas o no, que el Consell deberá dotar presupuestariamente el Fondo de Cooperación Municipal para que las entidades locales puedan mantener su autonomía financiera y garantizar la prestación de servicios.

Además, le obliga también a consensuar con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias un plan de pagos para saldar la deuda que la Generalitat valenciana tiene con las entidades locales.

Por lo demás, la proposición no de ley presentada por Rus era menos ambiciosa ya que tan solo instaba al Consell a pedir al Gobierno central que aborde en el futuro proyecto de ley de haciendas locales una mejora en la participación de los municipios en los ingresos del Estado, y proceder a la reforma de la ley de bases del régimen local que delimite de forma precisa la competencias de los municipios.

Si sorprendente fue la admisión de la enmienda de Esquerra Unida, no lo fue menos la «intervención» de Rus.

Dijo que «las competencias impropias de los ayuntamientos las admitimos para que nos voten, porque cada cuatro años nos examinamos». Añadió que el Gobierno central -que ya gobierna Mariano Rajoy- «no nos pagará la deuda histórica».

Ante las alusiones al derroche de algunas diputaciones como la de Castellón que construye «aeropuertos peatonales», espetó Rus que «aviones ya habrá y si no lo haremos de globos».
Por último dijo que el PP llevaba 17 años «tocando el violín».

Maluenda se llevaba las manos a la cabeza y le chillaba que dejara de decir bromas, los populares se iban poniendo serios y en el resto de la Cámara reinaba la hilaridad.