Barcelona
Ya llegan los goles de Pedro
Inquieto como estaba el seguidor barcelonista porque uno de sus puntales se había quedado seco ante la meta rival, Pedro Rodríguez Ledesma se ha encargado en cuatro partidos consecutivos de anular el debate de su falta de gol, que empezaba a perturbarle.
Lejos de ser un 'killer' ante le área rival, el joven tinerfeño se despachó a gusto el año pasado marcando goles por doquier y dejando boquiabierto a más de uno por presentarse como un inesperado goleador del cual el Barça ni su técnico, Josep Guardiola, no han podido prescindir.
No obstante, en el inicio de esta temporada Pedro no marcó ni un solo gol y todo el caudal de simpatía y de respeto que se abocó en él empezó a cuestionarse ya que, aún hoy, el tinerfeño sigue sin contar con el respaldo casi unánime, a excepción de su entrenador y sus compañeros.
Que en el arranque no marcase ni un solo gol en la Liga (sí en la Champions contra la ida Panathinaikos y en la ida de la Copa frente al Ceuta) pareció como si todo el recorrido en la anterior temporada, con 23 goles, 12 de ellos en el torneo de la regularidad, no le permitiese disfrutar de cierta tranquilidad.
Tanto en las conferencias de prensa en las que aparecía como en comentarios en los medios, la ausencia de los goles de Pedro parecía cuestión de estado para un jugador que lo tiene todo excepto la certeza de que marcará.
No obstante, el gol llegó en la jornada 10 contra el Getafe (1-3) y todo fue un augurio de que el mejor de Pedro, en la versión goleadora, estaba por llegar. Así ha sido, ya que en los últimos partidos del Barcelona (Osasuna, Madrid, Panathinaikos -2- y Almería) el joven canario ha vuelto por sus fueros.
Ahora parece que el Pedro al completo sí que está presente, después de que se le aplicase el patrón de los goles para evaluar el trabajo que este delantero realiza incansablemente cada vez que salta al campo.
Nueve goles
Con cuatro goles ya en la Liga, un tercio de los que marcó la temporada pasada, además de los tres en la Liga de Campeones y dos en la Copa, Pedro empieza a acumular unos números para no estar bajo sospecha, aunque nadie en el Barça cuestiona con o sin goles que el canario se haya convertido en un fijo en el once del conjunto catalán.
Salido de la base del Barcelona, el jugador canario cumple a la perfección con la idea de fútbol que pretende proyectar Guardiola en el campo: a partir de él, como delantero junto a Messi y Villa, arranca el juego defensivo del Barcelona.
Peleón y pesado hasta el agotamiento, Pedro es un azote para la salida del balón de las defensas rivales por la presión que ejerce, y se convierte en acciones ofensivas para su equipo en una pieza fundamental e imprescindible, siempre dispuesto al sacrificio, a cubrir espacios, a abrirlos, a prestarse como apoyo o a batir la meta rival.
Guardiola ha confesado que un Pedro en el mercado sería difícil de encontrar para el Barça y, de existir, el precio que habría que pagar sería desmesurado.
El joven Pedro, trabajador y tímido como el que más en el vestuario azulgrana, se avergüenza cada vez que alguien le lanza una flor, por muy Guardiola que sea. A él le va salir al campo a morder al rival, a prestarse de ayuda a sus compañeros y, en el mejor de los casos, si le echa un balón franco, a marcar goles, por este orden.
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