Presidencia del Gobierno
Es necesario
A Zapatero se le está haciendo el cuerpo al abucheo. Me pregunto si en un estado de máxima alarma –alarmados a secas, ya lo estábamos todos antes del descontrol de los controladores– silbarle al líder a la puerta del Congreso tiene consecuencias, más que nada porque esto puede prolongarse todavía un ratito.
De entrada, que el Gobierno, amparado por la necesidad de arreglar un conflicto anunciado, pueda intervenir empresas, limitar la circulación de personas y requisar bienes, no es tranquilizador. El viernes, el golpe de mando a lo Reagan nos hizo aplaudir como si ese mismo día no se hubiese dejado a los parados sin prestación con el culo al aire, pero hoy habría que preguntarse si hay una necesidad real de prolongar esta situación inédita durante dos meses más. Cierto es que, para hacerlo, el Gobierno debe contar con la aprobación del Congreso, pero teniendo en cuenta que PNV y CC han alquilado sus votos por un plato de lentejas –los canarios ya han dicho que lo apoyarían–, el trámite puede ser coser y cantar. No es ninguna tontería: lo que se está proponiendo, en un momento en que la economía y las encuestas tienen acogotado al Ejecutivo, no es sólo continuar con el recorte de derechos constitucionales, sino que, además, durante dos meses no se puedan disolver las Cortes. No es que el presidente estuviera pensando en hacerlo, pero ante una eventual intervención económica, Irlanda y su adelanto electoral dejarían de ser el ejemplo a seguir.
No es por malmeter, pero ¿y si al final resulta que Wikileaks no va tan desencaminado con lo del «astuto felino en la selva»?
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