Suiza
El fin de los polémicos fueras de juego
Un nuevo sistema de reconocimiento de jugadores sobre el terreno de juego reabre el debate de la tecnología en el mundo del deporte.
El eterno debate sobre el fuera de juego en el fútbol ha trascendido al propio «deporte rey». Las reticencias al uso de la tecnología, de una parte, el argumento del componente humano y la interpretación, de otro, y la polémica como la verdadera «salsa» del fútbol han mantenido estas propuestas al margen.
Una nueva tecnología ha reabierto el debate, con la Eurocopa a unos meses de su celebración y el Mundial de Brasil ya en el horizonte. Los científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), en Suiza, han desarrollado un sistema que realiza un seguimiento continuo de cada jugador, con la superposición de su número y color de camiseta sobre la parte superior de su imagen, en una pantalla de ordenador. Una aplicación que permite reconocer en todo momento a cada deportista sobre el terreno de juego y que podría añadirse a las deliberaciones arbitrales.
El sistema consta de un ordenador y ocho cámaras de vídeo -dos a cada lado del campo, dos arriba y dos cerca de los jugadores-. El software que se ejecuta en la computadora utiliza tres algoritmos para detectar, rastrear e identificar a los jugadores.
La aplicación funciona dividiendo el campo en una cuadrícula de cuadrados de 25 centímetros cuadrados, quitando el fondo neutro del terreno de juego, estableciendo las trayectorias de cada deportista identificando el color de su uniforme y leyendo su dorsal.
«Goles fantasma»
Existen ya otros sistemas de seguimiento de jugadores aunque éstos requieren de dispositivos adicionales. Es el caso de la tecnología RFID, un identificador automático que transmite la identidad de un objeto mediante ondas de radio. Contienen antenas para permitirles recibir y responder a peticiones por radiofrecuencia. Aplicadas sobre el uniforme de cada futbolista y el balón, podría determinar instantáneamente los fueras de juego.
Por el momento, el primer paso podría darlo el balón «Ctrus», que tiene como reto convencer a la FIFA de su uso en competiciones oficiales. La pelota registra en todo momento su posición, de modo que, para empezar, resolvería el problema de los «goles fantasma» ya que hasta cambia de color al traspasar la línea bajo la portería.
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