Historia

Estados Unidos

Abejas por Antonio PÉREZ HENARES

Abejas, por Antonio PÉREZ HENARES
Abejas, por Antonio PÉREZ HENARESlarazon

Desde hace unos años tengo unas colmenas. Gano algunos ratos de vida, en vez de perderlos en futilidades, observando a tan interesantes y útiles animalillos. Estos días de primavera temprana nada hay más placentero que escuchar el laborioso zumbido de los insectos entre las flores moradas, de donde extraen esa muy preciada y translúcida miel ahora más de moda que ninguna. La miel de romero, delicada y suave, será la cosecha primera y más apreciada en un año que por lluvia y temperatura parece que viene bueno. Y eso que las abejas, las pobres, andan soportando cada vez más enfermedades. La avarroa pertinaz y esa otra nueva que descubrimos aquí en España, en el laboratorio de Marchamalo (Guadalajara), que les afecta al aparato digestivo y acaba con colmenares enteros. La epidemia se hizo mundialmente famosa cuando, años después de dar aquí la alarma, se detectó en Estados Unidos. Tiene, por fortuna, alguna cura, cierto tratamiento. Si carecen del remedio el mal regresa. El último enemigo que acecha ahora a la Apis Melifera es un abejorro asiático. Un bicharraco mucho más grande que ellas llegado de algún infierno chino y que asalta sus hogares y las degüella a centenares sin que ellas puedan combatir contra tales superfortalezas volantes. Mueren por la colonia, pero sucumben sin poder remediar el letal asalto. El año pasado lo tuvieron malo, muy malo. Con tanta nieve y tempestad, muchos enjambres sucumbieron. Éste parece haberles ido algo mejor, y estos días espero a que de algunas colmenas salga alguna reina nueva con toda su piña de acompañantes y tras el vuelo nupcial recogerlo y repoblar alguno de los cajones que quedó vacío. Vamos, que tuvieron una crisis de aúpa. Tengo esperanza que este año la remonten. La abejas, digo.