Nacho Vidal con otro as en la manga

Quizá de este filme se hablaría como el regreso del cine español a los prostíbulos después de «No habrá paz para los malvados», si no fuera porque el capo de la banda en este caso es el rey midas del cine porno Nacho Vidal. Él es quien complica la vida tras una partida de póquer al protagonista, Julián Villagrán, un chico absolutamente perdido que vive de robar coches en Alemania que luego «tunea» para que los venda uno de sus amigos. El director Carlos Therón, consciente de las limitaciones económicas de esta adaptación de su corto al largometraje, asegura que «el presupuesto hace que la película no pueda empezar con un avión como una de Christopher Nolan, por eso intentamos que el ritmo no estuviera sólo en la acción, sino también en los diálogos». Aunque hay quien identifica su tratamiento formal con el de Tarantino o Guy Ritchie, el realizador confiesa que su inspiración directa fue el cine de los 80 de Scorsese.

Pura diversión
Támbien dice que ha elegido al rey del cine X «porque su personaje es muy brutal y a él no hay más que verle. Es una fuerza de la naturaleza». Nacho Vidal se vio muy sorprendido por la propuesta, pues sólo ha hecho pequeñas participaciones en el cine convencional: «No me planteo hacer una carrera, para mí lo importante es la vida, pero tampoco creo que haya intrusismo profesional. Si me veo con la capacidad de hacer los papeles que me ofrezcan, los haré, siempre y cuando no tenga que interpretar a un actor porno o a Nacho Vidal. No hago este tipo de cosas por dinero o por hacerme un nombre, sino por divertirme». No quiere decepcionar a sus fans, pero no encontrarán nada de lo que suele distinguirle: «Lo más erótico que hago es aparecer con una camiseta de tirantes», añade.