Santander

Alonso ha vuelto

Fernando Alonso ha estado a punto de hacer una carrera perfecta. De no ser por la salida, en la que perdió una posición, el asturiano hubiera firmado una de sus mejores actuaciones en pista. Su victoria en la casa de Ferrari pone a tiro la consecución del título.

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Fernando Alonso y Ferrari volvieron a mostrar su mejor cara. Los dos recuperaron el instinto ganador que quizás habían extraviado en determinados momentos de la temporada y ahora encarnan la máxima preocupación para equipos como Red Bull Racing y McLaren. Alonso ha vuelto a engancharse al carro del título y ya no piensa bajarse. Así lo hemos narradoConsulte la clasificación


Restan cinco finales y la presión promete alcanzar cotas elevadas. Además, la demostración realizada ayer en Monza ha levantado la moral del equipo de forma extraordinaria. Alonso ha pasado de nada a todo en apenas una semana: vuelve a optar al título y en Italia ya no quedan altares para ponerle porque el español confirmó a los «tifosi» que es el nuevo referente, lo que en su día fue Michael Schumacher.

La carrera no resultó fácil desde el primer momento. Alonso, que partía desde la «pole», perdió la primera plaza nada más apagarse las luces del semáforo. No arrancó mal, el problema es que el McLaren de Button es mejor en el momento de salir y por eso bajó hasta el segundo lugar. Eso sí, antes debió pelear con su compañero Massa, que le presionó de forma innecesaria e incluso ambos pilotos llegaron a tocarse.

Desde ese momento la prueba se convirtió en un mano a mano entre Button y Alonso, que se marcharon en solitario. Antes se había producido el primer golpe de efecto: Hamilton se tocó con Massa y rompió la dirección de su coche. Quedó fuera de carrera antes de completar la primera vuelta y eso, junto al mal rendimiento de Vettel y Webber, ponía las cosas de cara para Alonso. La lucha entre Button y él continuaba y ambos eran completamente conscientes de que la parada en boxes resultaría clave.


En McLaren decidieron calcar la estrategia de Alonso, es decir, entrar una vuelta después que el español. Pero los neumáticos blandos de Button dijeron basta y debió pasar por línea de boxes antes que su rival. Alonso aprovechó ese momento para ganar algo de tiempo y a la vuelta siguiente fue él quien cambió sus neumáticos. El español invirtió 22,154 segundos en entrar y salir de boxes mientras que Button lo hizo en 22,955. Apenas ocho décimas dieron a Alonso el margen suficiente para regresar a pista justo por delante de Button, que no se explicaba cómo había ocurrido el adelantamiento. 


Tampoco sus mecánicos, que esta vez fueron más lentos porque los de Ferrari llevaron a cabo la parada en sólo 3,4 segundos. Alonso tomó la delantera y el inglés decidió conservar la segunda plaza y la apoteosis se apoderó de la grada. Alonso y Ferrari ganaron en Monza y además confirmaron que vuelven a ser candidatos al título. Massa no pudo unirse a la fiesta total, el posible doblete, y acabó tercero.

Ferrari y Alonso triunfaron, y no sólo él, porque una empresa española, el Santander (que también patrocina McLaren), copó por completo el podio. Y, por cierto, la prensa inglesa que tanto ataca a lo español se quedó sin argumentos.