Banco Santander

Los bancos rebajan el saneamiento a 23000 millones

Las cinco grandes entidades copan casi la mitad de las nuevas necesidades de capital: 11.627 millones

Los bancos rebajan el saneamiento a 23000 millones
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MADRID- Al final, será menos de lo esperado inicialmente. Si bien los primeros cálculos situaban en el entorno de los 28.000 millones de euros las nuevas necesidades de capital de la banca para provisionar sus créditos sobre activos imobiliarios no problemáticos, las estimaciones de las entidades han rebajado sensiblemente tal cantidad. Al final, serán unos 23.000 millones de euros los que deban captar, casi un billón menos de las antiguas pesetas.
Las que mayor esfuerzo deberán hacer son las cinco grandes entidades, la conocida como gran banca. BFA-Bankia, Grupo Popular, Grupo La Caixa, Banco Santander y BBVA necesitan 11.627 millones de euros para cumplir con las nuevas provisiones exigidas por el Gobierno. De ellos, casi la mitad, 4.813 millones, corresponden a la entidad recientemente nacionalizada, que ha asegurado que cumplirá con los plazos previstos, aunque no ha aportado detalles de cómo lo hará.
Fitch no comparte el optimismo de la entidad y rebajó su rating de viabilidad hasta «c». La agencia de calificación aseguró que la rebaja del rating de Bankia refleja su débil rentabilidad, financiación y liquidez, así como su elevada apelación a las subastas del Banco Central Europeo (BCE), y su elevada exposición al sector inmobiliario. De hecho, aseguró que la quiebra de la entidad, según sus baremos, es «inminente».
Las otras cuatro grandes entidades sí que han asegurado que no necesitarán ayuda pública para cumplir y que tirarán tanto de los recursos que tienen ahora como de los que generen sus resultados, sin que ello impacte en sus ratios de solvencia de forma significativa. BBVA calcula que las provisiones supondrán un recorte de 38 puntos básicos en sus ratios de capital, aunque dejó claro que a pesar de la aplicación de todas estas medidas seguirá cumpliendo con los requerimientos de capital, tanto bajo la normativa de Basilea como los de «capital principal» de la autoridad bancaria europea (EBA). Tanto la entidad que preside Francisco González como el Santander han enviado un mensaje de calma a sus accionistas y han añadido que las nuevas provisiones no afectarán a su política de dividendos.
Más dificultades tendrán otras entidades como Banco Mare Nostrum (BMN), que no descarta tener que recurrir a la ayuda pública en última instancia para cumplir con los nuevos requisitos. De optar por esta alternativa, emitiría bonos convertibles que adquiriría el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), por los que pagaría además un interés anual del 10%. Si al cabo de cinco años no los hubiese recomprado, el Estado entraría en su capital.
BMN es una de las cuatro entidades, junto a Liberbank, Unicaja e Ibercaja, a las que el Ministerio de Economía está presionando para que se fusionen y ganen un volumen suficiente que les asegure su supervivencia. Ayer mismo había prevista una reunión en el ministerio para tratar el asunto, aunque finalmente fue aplazada.
La reforma se sigue estudiando con lupa fuera de España por las repercusiones que los problemas del sector financiero español están teniendo en todo el mundo. La agencia de calificación de riesgos Moody's aseguró ayer que tanto la reforma como la nacionalización de Bankia son «positivas» porque confirman la disponibilidad del Estado de ayudar a entidades en apuros. Además, cree acertado que el Gobierno haya encargado a agencias independientes valorar los activos inmobiliarios de la banca porque aportará transparencia. El pero de Moody's es que las ayudas públicas aumentarán la deuda pública española, que Moody's prevé supere el 90% del PIB en 2014.
Fitch también considera que la última vuelta de tuerca del Gobierno al sector financiero «es un positivo paso adelante».