Congreso Extraordinario del PSOE

Tiene Zapatero Plan B

La Razón
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El próximo sábado es la cita del Comité Federal del PSOE en el que José Luis Rodríguez Zapatero podría desvelar parte de su futuro o al menos sugerir alguna pista sobre sus intenciones políticas pensando en marzo de 2012. A nadie se le oculta que el embrollo está montado. Todos dicen saber, insisten en que conocen el calendario, abundan en teorías y más teorías, dogmatizan en una dirección para decir poco después exactamente lo contrario. Todos lo saben todo, pero la realidad es que nadie sabe nada. Y es que a día de hoy el interrogante de la sucesión se le ha ido al Partido Socialista de las manos. Se está pudriendo de tal manera que hay que empezar a pensar que Rodríguez Zapatero ha tenido que elaborar un obligado plan B.

Durante las últimas semanas hemos asistido a un espectáculo entre político y mediático que en nada beneficia a los socialistas y que ha provocado unos cuantos enfados en el presidente del Gobierno. Zapatero ha tenido que pedir en varias ocasiones a los suyos un silencio disciplinado que algunos han guardado pero que otros muchos se han saltado a la torera. Es más Zapatero se ha tenido que emplear a fondo para poner orden y aunque algunas veces lo ha conseguido; en la mayoría de las ocasiones no ha podido evitar que todo el debate sobre su futuro se haya convertido en un auténtico gallinero socialista.

Ya conocemos todos las decenas de teoremas que hay sobre el futuro de Zapatero; la multitud de quinielas posibles; la ingente lista de interpretaciones sobre lo que va a pasar. Lo cierto es que por encima de todo y a día de hoy hay que reconocer en el líder de los socialistas una evidente maestría para que tanto remolino no haya conseguido descifrar cuál va a ser su verdadera decisión. Quizá al principio tuvo que evitar tanto revuelo, es cierto, pero al mismo tiempo una vez provocado el torbellino ha sido de tal calibre la polvareda que en estos momentos el despiste es absolutamente general. Y eso quiere decir que Zapatero ha recuperado la iniciativa sobre su futuro.

Lo que parece claro en estos momentos es que haga lo que haga el presidente del Gobierno nadie le va a marcar las cartas. Se equivocará o acertará con la administración de los tiempos y de las actitudes; pero aquellos que han pensado que iban a pilotar sin problemas un previsible escenario sin Zapatero no lo han conseguido. Ya veremos qué decisión toma, cuándo la toma, cómo lo hace y de qué manera lo anuncia. Pero está claro que se ha cerrado en banda, que nadie sabe todo lo que dice saber y que este presidente es un buen amigo de las cajas de sorpresas.

El sábado 2 de abril, ya veremos lo que puede pasar, pero el gallinero socialista se calma o será el propio Zapatero quién los meta en vereda. Y de eso el secretario general sabe un poco.