Cádiz

El toreo en vela por Patricia NAVARRO

La Razón
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Fue la noche más larga de muchas. La noche en vela en Urgencias del hospital, mientras ocho médicos reconstruían lo que nadie imaginaba que pudieran reconstruir. Una obra de arte. Como arte es el toreo y héroes quien son capaces de interpretarlo. Aquel viernes de octubre, tan lejano ya, hubo un antes y un después en la Fiesta. El toreo, al completo, se paralizó con un sólo pensamiento común: que Padilla saliera de ese quirófano, que se controlara la hemorragia que pudo cambiar la historia, que se salvara el ojo envenenado de amor propio. Ese honor que asalta al ruedo para asomarse ante las astas del toro sin temor a nada. Esperaban la cuadrilla, el apoderado, el mozo de espadas, el ayuda, su gente, mientras la familia se desplazaba desde Sanlúcar (Cádiz) con el corazón roto. En directo se les desgarró el alma al verlo por televisión. No hay consuelo ante el drama. Y menos si pasa delante de tus ojos. Padilla salió ayer del hospital para luchar contra las secuelas. Volverle a ver pareció un milagro, y lo era. El milagro de la vida y el infinito amor que han demostrado su familia y amigos para hacer menos angosto el camino. Admiración absoluta al torero. Y a su gente. Buena lección nos han dado. Ya somos una legión de «padillas».

Patricia NAVARRO