Refuerzos para el clásico

Barcelona- Después de contar por victorias las primeras seis jornadas de Liga, resulta difícil reprocharle algo al Barcelona, líder impecable del campeonato. Pero excepto ante el Valencia, la otrora solvencia defensiva de los azulgrana no se ha visto por ninguna parte. Y hasta el equipo más ofensivo del mundo debe empezar la casa por los cimientos, por una buena defensa.

Ha tenido que tirar de laboratorio Tito Vilanova ante las bajas de Puyol y Piqué, sus dos mejores baluartes en defensa. Mascherano y Song han respondido hasta donde su condición de centrocampistas reconvertidos les ha permitido, pero no son una opción fiable a largo plazo. Por eso, el técnico azulgrana acogió con una sonrisa la noticia de que Carles Puyol, como siempre, recibía ayer el alta médica mucho antes de lo previsto. El capitán entró incluso en la convocatoria para viajar a Lisboa, donde mañana jugará el Barça frente al Benfica.
El regreso de Puyol debe ayudar al conjunto azulgrana a paliar los problemas defensivos que está arrastrando en este tramo inicial de temporada. Excepto frente al Valencia, Valdés ha tenido que recoger la pelota de su portería en todos los partidos que ha disputado, lo que ha derivado en una serie de heroicidades de sus compañeros para lograr increíbles remontadas como la del sábado en el Pizjuán.

Con el clásico a una semana vista, Vilanova recibió ayer más buenas noticias. Junto a Puyol, Adriano y, sobre todo, Iniesta, también abandonaron la enfermería y ya viajarán a Lisboa, donde podrían disputar unos minutos. Con ocho puntos de ventaja sobre el que se presupone su máximo rival, Vilanova es muy consciente de que el partido del próximo domingo en el Camp Nou podría suponer un espaldarazo muy importante para su equipo. Un triunfo ante el Madrid supondría que el técnico entrara en la historia con el mejor comienzo de la historia en la Liga de los azulgrana, además de ensanchar la diferencia hasta los once puntos. Y con Iniesta y Puyol en condiciones, se facilita la tarea.

Pero no todo fueron buenas noticias en el entrenamiento matutino de los azulgrana, el último antes de emprender el viaje europeo. Las pruebas confirmaron los peores pronósticos tras la lesión de Thiago en el Pizjuán. El centrocampista hispanobrasileño tiene una rotura en el ligamento colateral interno de la rodilla derecha y estará unas ocho semanas de baja. Un palo para un jugador que ya se perdió los Juegos de Londres por otra lesión.