Educación
Formación vs educación por Lucas Haurie
Cuatro chicos encantadores, estudiantes de segundo de Periodismo, contactaron conmigo hace unas semanas para que los ayudase en un trámite académico. Sus correos electrónicos eran de una elogiable corrección, incluso demasiado ceremoniosos, y no se apearon del usted hasta la tercera vez que se les requirió el tuteo. Es decir, que los muchachos no tienen por qué asilvestrarse en la calle. No es función de la escuela (no digamos de la Universidad) el educar. La educación que se trae puesta de casa se lleva a todas partes y el hijo de padres maulas no sabrá comportarse jamás, así resucite don Juan Manuel para ser su preceptor. El sistema académico sirve para formar y en eso es precisamente en lo que patina. Una de mis jóvenes correspondientes, educadísima como sus condiscípulos, perpetra en sus e-mails faltas de ortografía no ya impropias de un universitario, sino de un poseedor del graduado escolar. Si con la retirada de las competencias académicas a las comunidades autónomas se logra desasnar a los alumnos de Secundaria, bienvenida sea la reforma de Wert y es deseable que la imponga con, si fuera necesario, la ayuda de la División Acorazada Brunete. Si, por añadidura, lograse orillar a los (presuntos) estudiantes zarrapastrosos y a los papás consentidores que se arrogan la representatividad de la pomposamente llamada «comunidad educativa», miel sobre hojuelas. El problema es demasiado serio como para dejarla en manos de estos vividores, meros profesionales del asociacionismo.
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