Balón de Oro

De rodillas por Julián García Candau

La Razón
La RazónLa Razón

La imagen de Mourinho, de rodillas en el césped en los momentos en que los penaltis decidieron el pase del Bayern a la final de Liga de Campeones, fue la estampa de lo ocurrido. Había que rezar para que no sucediera lo imprevisible, como suele ser el lanzamiento de las penas máximas cuando ya no queda otra opción para la enmienda. La fotografía de Messi, desolado porque por su error hizo posible que el Chelsea, equipo que no quería jugar, pasara a la final, no fue menos dramática. Caer cuando se tiene a mano la final duele mucho más que en los casos en que los cuartos de final cortan el paso.

Fallaron Cristiano, Kaká y Ramos y, probablemente, sobre uno, el brasileño, se cargarán las tintas. En estos momentos decisivos, en general, dan la cara quienes tienen más responsabilidad y quienes por su categoría están obligados a ejecutar lo que puede ser la sentencia. La historia está llena de penaltis fallidos. Al Madrid lo eliminó el Estrella Roja de Belgrado, un día en que Miljan Miljanic, por razones sentimentales, no quiso sentarse en el banquillo madridista y Antonio Ruiz, entrenador esa tarde, pidió valientes. Benito fue de los decididos y su desacierto costó la eliminación. Contra Francia, en la Eurocopa de 2000, Raúl desaprovechó su penalti y España quedó eliminada. Estas desgracias se dan en todas las familias.

Habíamos soñado con la final española y los dos mejores han quedado fuera. El Bayern se comportó como un equipo bravo y decidido por la victoria. El Chelsea desacredita al fútbol inglés. Juega a la italiana.

Posdata. Cristiano y Messi, hermanos en el error.