Espanyol
El Zaragoza culmina el milagro en Getafe (0-2)
El Zaragoza ha certificado la permanencia en Primera División tras vencer hoy por 0-2 al Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez, gracias a los goles de Apoño y del portugués Postiga.
Los primeros compases fueron de color local, saliendo el Getafe con ganas de demostrar que estaba dispuesto a plantar cara pese a que para sólo estaba el honor en juego. Suya fue la posesión en el comienzo aunque no lograba plasmar de forma clara esa superioridad.
Esa falta de ideas espoleó a los zaragocistas que, empujados desde la grada por su afición, comenzaron a asomarse por el área de Moyá. No eran acercamientos claros pero si recurrentes basados en los desplazamientos largos a espaldas de la zaga que buscaban la referencia arriba de Hélder Postiga.
En esas circunstancias, con la calma sobrevolando Getafe, llegó una de las acciones que marcaría el devenir del partido. Sarabia era derribado por Lafita en tres cuartos de campo. La falta incendió los ánimos del azulón que, tras protestar ostensiblemente en dos ocasiones, veía la doble amarilla de forma consecutiva.
Con diez, los azulones renunciaron al balón, que pasó a los pies de los visitantes. Los ataques se intensificaron y tras un centro desde la banda que no acertó a rematar Hélder Postiga llegaron las dos ocasiones más claras antes del descanso.
Primero tuvo el gol Ruben Micael con un disparo desde fuera del área que despejó a córner Moyá y posteriormente era el lateral derecho Pablo Álvarez el que lo intentaba, pero su golpeo se marchaba fuera tras un nuevo rechace del meta.
El tiempo de asueto le sirvió al Zaragoza para volver al césped con ganas de comerse el mundo, una intención que ejemplificó el cambio de Luis García por Zuculini. Esa intensidad pudo dar sus frutos cuando Lafita buscó puerta con un lanzamiento duro acababa en saque de esquina gracias a una nueva intervención de Moyá.
El acoso obtendría su premio en la siguiente jugada. Una internada por banda derecha de Postiga terminaba en penalti tras impactar en la mano de Miguel Torres. El defensa vio la segunda cartulina amarilla y dejó a su equipo con nueve.
Apoño asumió la responsabilidad desde los once metros y con la fiabilidad que le suele acompañar en este tipo de lanzamientos subió el primer tanto al marcador ante el delirio de la grada, que entró en éxtasis y animó si cabe con más fuerza.
A partir de ahí Jiménez buscó imponerse en el centro del campo dando entrada a Dujmovic. En clara superioridad numérica parecía que los visitantes solo necesitaban conservar el esférico ante la presión estéril del Getafe.
Aún así el sufrimiento hizo acto de presencia cuando Güiza remató por encima del larguero completamente solo y posteriormente al ver como Dujmovic era expulsado por derribar a un contrario en el centro del campo, imagen que repetiría con idéntico resultado cuatro minutos después Miku.
En pleno estado de locura colectiva, llegaba la guinda con un gol de Hélder Postiga, cuyo lanzamiento superaba a Moyá por alto tras tocar en un defensa.
Con el pitido final, los maños lograban lo que muchos habían dado por imposible al finalizar la primera vuelta. Sus veintiocho puntos desde enero se convertían en números suficientes y meritorios para permanecer, un año más, entre los mejores de España.
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