Duran medita su entrada en el Govern como conseller en cap

Estaba cantado: el ganador del 28-N contaría con su hombre fuerte en Madrid para la composición de su primer gabinete. No podía ser de otro modo. Duran es la cara amable del nacionalismo catalán en Madrid, la moderación, la templanza y, en ocasiones, el único capaz de contener la deriva del sector más soberanista de CDC. No en vano, los españoles le otorgaron la pasada primavera, a través del CIS, el título del político mejor valorado, por encima de Zapatero, de Rajoy y del resto de líderes que ocupan la escena parlamentaria.

Pues, en efecto, La Razón ha podido saber que este eterno ministrable para la cartera de Exteriores medita estos días si entrar en el Govern como conseller en cap. La decisión no es fácil. De un lado, el regreso a la gestión, el reto de que Cataluña vuelva a la centralidad, el anhelo de tejer los hilos destejidos con el resto del mapa territorial, el trabajo por la recuperación económica, la privilegiada posición que otorga ser el número dos de la Generalitat de Cataluña… De otro, la necesidad de que CiU siga siendo visible y determinante en Madrid en el peor de los contextos económico-políticos que ha vivido nuestro país en los últimos años; la interlocución con el Gobierno de España, su pasión por la política exterior que vive en primera línea desde su condición de presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso; su anhelo de que un día el nacionalismo catalán forme parte de Ejecutivo de España… Son muchos los pros y también los contras. Y todos han pasado ya por la cabeza del secretario general de Unió Democrática de Catalunya, incluida la pugna entre convergentes e unionistas que se abriría por la portavocía del Congreso. Son muchas las personalidades del mundo político y económico que desde el pasado domingo se han puesto en contacto con Duran para pedirle que prime en su decisión la necesidad de que la Generalitat esté representada en Madrid por un hombre de Estado –cualidad que sin duda todo el mundo reconoce a Duran– y por alguien capaz de amplificar la voz de CiU a niveles inimaginables para un partido con sólo 10 diputados de los 350 que conforman el Congreso de los Diputados. El portavoz parlamentario ha tomado nota de todos los consejos recibidos, en especial los de algunos responsables de empresas catalanas que cotizan en el Ibex 35, más partidarios de su permanencia en Madrid que de su retorno a Cataluña. El entorno más cercano a Duran entiende además que «el futuro president necesita de Duran para un Govern fuerte y de peso», pero también argumenta que el portavoz parlamentario tiene una «trayectoria más que acreditada y un plus nacional que le confiere una relevancia política a la que poco aporta su entrada en el Govern». Eso por no hablar de la complicada cohabitación del número uno de Unió con el entorno más soberanista de los de Artur Mas que, a buen seguro, también estarán representados en el Gobierno. La lealtad y el compromiso de Duran con el que hace casi una década le arrebatara el cartel de candidato a la Generalitat está fuera de toda duda. Se ha visualizado durante toda la campaña electora, en la que Duran se ha volcado para que Mas consiguiera una holgada victoria. Así que todo indica que Duran seguirá en Madrid, ya que su entorno cree que será mucho más útil a Cataluña y a España en el Congreso que en el Govern. La respuesta: este fin de semana largo del puente de la Constitución está previsto que Mas y Duran pongan en común las ventajas y los incovenientes y que se haga pública la decisión, que será compartida.


Aplausos al vencedor
El primer Pleno del Congreso de los Diputados tras las elecciones autonómicas en Cataluña estuvo protagonizado, como no, por los vencedores de las mismas. Al menos en los pasillos y en los corrillos. Josep Antoni Duran Lleida, portavoz de CiU en la Cámara Baja, repartía besos y apretones de manos entre sus compañeros de hemiciclo y breves confidencias a uno y otro lado. No en vano, su formación es, a día de hoy, decisiva para PP y PSOE si, de mantenerse el escenario actual, quieren gobernar. Pero más allá de felicitaciones y cuchicheos, la cabeza visible en Madrid de la formación ganadora del 28-N sigue con su labor parlamentaria y hoy instará a Zapatero a que aclare cuándo piensa retirar las tropas de Afganistán. El representante nacionalista quiere que el jefe del Ejecutivo aclare hoy mismo este punto, aunque no reclama un calendario de retirada como sí hace Izquierda Unida.