IU
Zapatero pasa el testigo y reivindica sus reformas
Admite que el 22-M varió el plan de las primarias
MADRID– Escribió ayer su penúltima página en el PSOE. Zapatero conserva la secretaría general, pero nadie sabe hasta cuándo. En principio no se prevé un congreso federal antes de las elecciones, pero en el PSOE nada está escrito. Ni siquiera que quien ha cosechado los mayores éxitos electorales en menos tiempo –éste es Zapatero– vaya a tener el reconocimiento de los suyos cuando se vaya oficialmente porque, oficiosamente, ya se ha ido. Ayer ante la plana mayor del PSOE hizo un discurso de despedida antes de pasar el testigo a Rubalcaba, a quien propuso como candidato a las generales.
Tras asumir la derrota electoral en primera persona («no soy persona de excusas»), subrayó que el resultado del 22-M no debería cuestionar el trabajo del Gobierno porque afirmó: «Podemos perder votos y perder poder, pero no vamos a perder nuestras convicciones». Luego se reafirmó en la necesidad de las reformas emprendidas y dijo que el partido no haría un servicio a la sociedad ni a sí mismo si así no lo viera. Por eso pidió hacer autocrítica, pero «no más de la necesaria ni de la que nos merecemos». Y añadió que aunque sólo quedan diez meses para las elecciones, el tiempo «no es la clave en política, sino el proyecto y las decisiones»
El resto de su intervención la dedicó ya a pedir que el PSOE cierre filas en torno a Alfredo Pérez Rubalcaba y que, una vez sea proclamado candidato, salgan a defenderle de las críticas «ante los periodistas y ante quien haga falta sin ceder un ápice de terreno».
«Es la persona –prosiguió– que quieren nuestros compañeros y nuestros votantes, es querido y apreciado por los nuestros, respetado por los adversarios y temido por algunos, por los terroristas de ETA, y sé bien de lo que hablo».
No se quedó ahí, aún diría más del próximo candidato del PSOE: «Hagámosle todo lo fuerte que podamos porque su fuerza es nuestra fuerza, es la fuerza de nuestro proyecto y la capacidad de recuperar una mayoría social en las próximas elecciones». Y después pidió también al PSOE «generosidad» como la que, a su juicio, ha tenido Carme Chacón al retirarse de la carrera sucesoria. «Agradezco su actitud y su valía», señaló antes de apostillar porque «a mí sí me gusta hablar bien de todos los compañeros».
Rubalcaba le escuchaba varias filas atrás, sentado al lado de Chacón. Ambos evitaron cruzar miradas o palabras durante toda la mañana, y también cuando el presidente se refirió a su vicepresidente como un «sprinter», convencido de que «alguien que corre 100 metros en poco más de 10 segundos es capaz de ganar en 10 meses unas elecciones».
La palabra primarias sólo la pronunció en su segunda intervención, ya a puerta cerrada, para responder a quienes cuestionan el procedimiento de elección del candidato. Fue entonces cuando reconoció que si las elecciones del 22-M no hubieran ido tan mal para los socialistas el proceso se habría hecho de otra manera. Fue su forma de pasar de la neutralidad prometida a la propuesta de aclamación que ayer salió del máximo órgano entre congresos.
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