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El emblemático Flaherty cierra 17 años después

Durante esta última semana, el local realiza ofertas de liquidación y el sábado, último día, organizará una gran fiesta
Durante esta última semana, el local realiza ofertas de liquidación y el sábado, último día, organizará una gran fiestalarazon

SEVILLa- ¿Quién no se ha tomado una pinta en Flaherty alguna vez? El primer irish pub de Sevilla, abierto desde 1994, cierra el próximo sábado. El propietario del local ha decidido no renovar su contrato de arrendamiento a la empresa de la familia Enright, dejando sin trabajo a 28 empleados. La calle Alemanes, habitual punto de encuentro de turistas, estudiantes y sevillanos no volverá a ser la misma. Seguro.

Después de dos años de negociación y la palabra del dueño de prolongar el contrato que expira el 30 de noviembre, el viernes se llegó a un punto de no retorno. Darrell, hijo del fundador de Flaherty (con locales en Zaragoza y Barcelona), comunicó a sus trabajadores la imposibilidad de mantener abierto el pub. Lo ha intentado todo, incluso presentar un recurso al Tribunal Supremo, pero lo que no ha conseguido la crisis económica –«la hemos notado pero estábamos sobreviviendo», admite Marisa Ruiz, la jefa de administración– lo logrará un desencuentro puntual.

El propietario esgrime el perjuicio que le provoca el ruido a su familia, que habita en la planta superior, y pese a la predisposición de la empresa a acometer las reformas de insonorización pertinentes y cumplir «religiosamente» con los casi 20.000 euros de alquiler, no se ha llegado a una entente. «Estábamos dispuestos a pagarles un piso en otro sitio», asegura Darrell, que cree que la decisión final obedece más a un «capricho» que a otra cosa. De hecho, no le consta que el local (450 metros cuadrados y un patio interior de 56) vaya a ser reutilizado por ahora por el dueño.

Sea como fuere, la historia de Flaherty acaba el sábado. Durante toda la semana –el jueves precisamente celebraban el 17 cumpleaños– se ofertan los platos favoritos a bajo precio, se anuncian «horas felices» y se abre la liquidación de gorras y camisetas para coleccionistas. El colofón final llegará el sábado con una última fiesta por todo lo alto.

La idea de la familia Enright ahora pasa por buscar otro local por el centro y abrir otro establecimiento, aunque más pequeño.