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Por el cambio por Gloria Lomana

La Razón
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Recta final de la campaña andaluza, con las espadas en alto. La subida del impuesto de la renta en las nóminas de febrero, la que se avecina en el recibo de la luz, el copago de los medicamentos y el severo ajuste que traerán los próximos presupuestos han frenado en Andalucía la galopada ascendente de Javier Arenas. Otra vez, como ocurrió con González y Aznar en el 93, los ciudadanos podrían taparse la nariz ante la corrupción y seguir votando más de lo mismo, ante el miedo libre de que quien vendrá se hará acompañar de una podadora. En el 93, a pesar del saqueo, volvió a ganar Felipe. Ahora las encuestas le dan una remontada al Griñán de los ERE falsos, Mercasevilla e Invercaria. Remontada que es mala noticia para Andalucía y para España.

Andalucía necesita un cambio imperioso. Treinta años de gobierno socialista, más los que vinieran, abocan casi inexorablemente un sistema político democrático en un régimen corrupto clientelar. Como de hecho ha sucedido, razón por la cual Griñán tiene tanto voto cautivo. Por el bien de los andaluces es preciso un cambio político, para darle normalidad democrática a la simple alternancia de poder.

Pero, sobre todo, es España quien necesita el cambio en Andalucía. El partido socialista precisa regeneración y reiventarse desde los cimientos, y al partido popular le urge hacer las reformas que a España le convienen. Con todas las comunidades autónomas dispuestas a remar en la misma dirección. Porque, ¿acaso es imaginable que Griñán pode su presupuesto si tiene que seguir el discurso de Rubalcaba? ¿Podrá Griñán ponerle freno al gasto sanitario si de esa política expansiva los socialistas van a hacer bandera? España tendrá dificultades para cumplir sus compromisos de déficit con Bruselas si Andalucía, tras las elecciones, no se aviene a colaborar. Y ya lo ha advertido el propio Griñán votando contra el límite de déficit del 1,5% en las comunidades autónomas, un desafío contra la austeridad.

Esta es una razón más del acercamiento entre el Partido Popular y Convergència i Unió. La Federación catalana quiere ver a Arenas en el Palacio de San Telmo, dispuesto a hacer con las cuentas andaluzas lo que está haciendo Artur Mas en Cataluña. El president de la Generalitat, muy a su pesar, está siendo la avanzadilla de la poda en España y, sólo si gana Arenas, Andalucía –de la que nos alarmarán sus verdaderas cuentas– puede tomar un rumbo de ajustes similar.

España, pues, necesita este cambio. Es hora de hacer en Andalucía lo que imperiosamente toca hacer en toda España.