Málaga
Libertad para educar en casa
Azucena Caballero y su marido son profesores. Él enseña Tecnología en un instituto y ella es tutora a distancia, trabaja desde casa. No aclaran si es precisamente por conocer desde dentro el sistema educativo, pero hace una década tomaron la decisión de no escolarizar a sus hijos.
En su lugar, les educan en casa. Los niños, de 14, nueve y cinco años, reciben de su madre las materias «de letras» y de su padre, las «de ciencias». El mayor fue el único que llegó a ir al colegio, de donde volvía «agotado y apático», según recuerda la madre.
Ahora, una sentencia del Tribunal Constitucional pone en peligro el modelo de ésta y de alrededor de 2.000 familias más en España. Los colectivos que defienden el «homeschooling», la enseñanza en casa, legal en países como Estados Unidos, reivindican su opción como parte de la «libertad educativa» que garantiza la Constitución. Pero están cada vez más solos.
La plataforma HazteOír presentó ayer un manifiesto por la libertad educativa en el que, entre otros colectivos, han participado las asociaciones de padres que educan en su casa. Aseguran que la Carta Magna les ampara y que la última sentencia sólo deniega a una familia en concreto (unos padres de Málaga) la posibilidad de que sus hijos estudien en casa.
Las instituciones coincidieron en que el dictamen del Constitucional «no es una sentencia en firme, ya que para ello se requiere que sea notificada a la familia y que deba estar reflejada en el BOE». En esta línea se movía Caballero, que también es presidenta de ALE (Asociación para la Libre Educación), al admitir que «se trata tan sólo de una sentencia y no crea jurisprudencia», en referencia a la libertad de enseñanza estipulada en la Constitución.
Rafael Lara, máximo responsable de la asociación de padres Epysteme, apuntaba que en la sentencia hay una parte muy importante no contemplada, la referente a si alguien se ha preocupado por preguntar a los niños su opinión. Lara afirma que «los niños tienen derecho a que sus padres sean quienes les enseñen y, en el caso de que no se dé el caso, podrían delegar la educación de sus hijos en colegios o cualquier otro tipo de centro docente análogo».
Para estos padres, el llamado «homeschooling» o educación de los hijos en el hogar es un «derecho» que está amparado por la Constitución y por los tratados internacionales firmados por España. A nivel internacional, países como EEUU, Canadá, Australia y Chile lo admiten, mientras que en Europa se admite, aunque con más restricciones, en Reino Unido, Bélgica, Finlandia o Francia.
Sin embargo, el Constitucional no deja lugar a dudas: rechaza el derecho que reivindican estos padres, con la «excusa» de la socialización. Otro argumento es que el «homeschooling» puede servir como arma «para luchar contra el acoso escolar, que aumenta cada año», según afirma Caballero.
¿Cuál es el marco legal?
- En España, educar en casa no es legal ni ilegal: está al margen de la ley y se permite o no en función de cada caso.
- Si nunca han sido escolarizados, basta con empezar un programa de educación en casa. Los servicios sociales entrevistarán a la familia y, si se constata que no hay abandono y la enseñanza es la correcta, permitirán continuar con el modelo.
- Si han sido escolarizados, es necesario darles de baja del centro escolar y solicitar la misma entrevista con los servicios sociales.
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