España

Corredor de fondo por Belén BAJO

La Razón
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Paciencia, sentido del humor, espíritu deportivo y sentido de la indiferencia son las reglas que rigen en la vida de Mariano Rajoy. Parecen sencillas, pero son la vida misma, traducidas al lenguaje común. Reglas que, tras los diez años que he trabajado con él, también administran mi vida.

Porque, si con todas las cosas que Rajoy ha vivido en primera persona no hubiera aplicado esos principios en su vida, estaríamos hablando hoy de su pasado, no de su presente ni de su futuro. Es tolerante, tranquilo y humilde. Lo ha demostrado con los históricos resultados del PP en las pasadas elecciones. Euforias, las justas, y las consignas enviadas a los nuevos presidentes y alcaldes han sido austeridad, eficacia y no bajar la guardia. No le gustan los halagos ni los peloteos. Le gusta la lealtad y el trabajo constante. Pero siempre, a la hora de juzgar a los demás se pone en su lugar y en su entorno. Le he visto sufrir con las víctimas del terrorismo y alegrarse cuando caían los comandos de ETA. Le he visto durante la crisis del Prestige y ante el caos administrativo, hacer, él mismo, un cuadrante con los vuelos de aviones y helicópteros para avistar las costas gallegas. Le he visto cogerse grandes berrinches cuando perdía el Depor y el Madrid o cuando Nadal era superado en un set.

Las ideas y las estrategias las tiene muy claras. Es meticuloso en su trabajo. Por eso es tan difícil prepararle un discurso por su exceso perfeccionista –al final se lo acaba escribiendo él mismo–. Le gusta rodearse de gente muy distinta que le aporte diferentes visiones. Sabe priorizar. Cree en las personas. Las decisiones importantes las sopesa mucho –aún a sabiendas de las críticas que puedan generar–. Las ideas y las estrategias las tiene muy claras. El cortoplacismo no está entre sus virtudes. Como he sostenido recientemente, quien crea que Rajoy es un hombre de impulsos, se equivoca. Quien crea que es un hombre sin personalidad, manejable y manso se equivoca. Tranquilidad no debe confundirse con debilidad, humildad no debe confundirse con falta de liderazgo y buena educación no quiere decir que ignore los problemas. El presidente del PP es un corredor de fondo con mucha resistencia. Ha subido muchos puertos, se ha rodeado de los mejores candidatos y ganará la Vuelta a España.


Belén Bajo
Diputada del PP en la Asamblea de Madrid y ex directora de comunicación del PP