«Si yo no presionara para sacar el PGOU no sería un buen alcalde»

- Tras sus primeros cuatro años como alcalde, ¿qué balance hace?
–Si digo que han sido brillantes puede ser sospechoso, pero creo que es real. Cuando llegamos nos encontramos con una ciudad caótica, a esto se sumó la crisis más grave que ha sufrido España en los últimos 50 años y, además, tenemos la oposición más desleal y sucia que nunca ha habido en el Ayuntamiento. Hemos puesto orden y legalidad en un Consistorio cuestionado. Nunca hubo un modelo de ciudad en El Puerto. Se trabajó sin ton ni son. Era un Ayuntamiento del cuaternario. Entre otras medidas, hemos bajado los impuestos y el equipo de gobierno se ha congelado los sueldos.

–¿Ha sido positivo el pacto de gobierno?
–Era imprescindible. En El Puerto había que hacer un cambio muy importante. Le hemos dado la oportunidad a la oposición de participar, pero ha sido desleal. Ha votado en contra de todos los proyectos vitales para el municipio. Ha sido un pacto ejemplar hasta la precampaña, cuando el representante del PA se puso nervioso. Somos un partido fuerte y él pertenece a uno minoritario, así que tenía que señalarse antes de las elecciones.

–¿Qué pasa con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y qué perspectivas tiene para su aprobación?
–Llevaba un retraso de ocho años. El anterior era un PGOU hecho a golpe de promotor, no solucionaba los problemas históricos de El Puerto y no ponía las bases de futuro. Además, el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA) cambiaba todo. La Junta hizo un dictamen demoledor sobre el trabajo del anterior PGOU y sólo se podía recuperar el 20 por ciento. Entonces, a través de un concurso, nombramos a un equipo redactor nuevo y se valoró qué parte era aprovechable. Cumplimos los plazos y se retrasó el informe de Medio Ambiente. No entiendo cómo una Administración que exige el cumplimiento de los plazos inclumple los suyos. Tal informe llegó hace dos semanas. El retraso es achacable a la Junta. Además, estuvo 30 días paralizado en Medio Ambiente.

–La delegada llegó a decir que no iba a admitir ni una presión más de Moresco.
–Es mi obligación. Si yo no presionara no sería un buen alcalde. No puedo permitir ningún retraso. Además, si no quiere recibir presiones, que se vaya a su casa porque un político tiene que saber soportarlas.

–¿Es El Puerto el municipio con los impuestos más altos de la provincia de Cádiz, tal y como dice la Confederación de Empresarios?
–Nunca lo ha sido. Era uno de los municipios de España con los impuestos más altos, pero no el que más. Era una barbaridad. Algunas personas que tenían residencia pagaban más en La Moraleja que en El Puerto. Nosotros hemos corregido esa situación. Algunas tasas las hemos bajado hasta un 50 por ciento y hemos creado bonificaciones fiscales.

–Tras la disolución de la Fundación Rafael Alberti el Ayuntamiento se comprometió a crear un museo con los fondos. ¿Qué pasos se están dando? ¿Está dispuesto a que entren como patronos otras administraciones para financiar el proyecto?
–La viuda nos dejó un gran problema y nos impidió que la fundación siguiera. Los estatutos prevén que el patrimonio de la entidad pase al Ayuntamiento, con lo cual no se perderá nada. Le hemos pedido a la Junta y a la Diputación que participen, pero no nos han contestado.

–¿Cuál es la situación financiera del Consistorio?
–Estamos mal, pero somos de los que mejor pagamos. Nos hemos puesto las pilas para reducir el gasto, hemos apostado por la austeridad y la racionalidad y hemos ajustado los servicios a lo puramente imprescindible.

–¿Cómo se puede revertir la alta tasa de paro que padece el municipio?
–Estamos en el umbral de la pobreza generalizada. Es algo indignante. Se puede revertir la situación bajando más los impuestos. Es básico tener las competencias de empleo para desarrollar planes específicos.

–¿Qué solución propone para las viviendas ilegales del municipio?
–Hemos sido el primer gobierno que ha puesto coto al problema, siempre acogiéndonos a la legalidad. Otros gobiernos utilizaron este tema de forma electoralista. En El Puerto se ha pecado de populismo.