Crisis del PSOE

Primarias

La Razón
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Fue el alcalde más votado de España, con una cifra superior al 70%; lo sacaron de su alcaldía, en la que estaba feliz, para que ejerciera el liderazgo del PSOE en Madrid, donde ha estado trabajando estos últimos años para recortar la distancia que separa a su partido del PP. Pero en el momento que debería haber sido nombrado candidato a esta comunidad, el jefe supremo decide que no, que prefiere a Trinidad Jiménez. Y sorprendentemente, Tomás Gómez –el hombre suave, el caballero sin espada–, le planta cara al mismísimo Zapatero, se niega a aceptar la imposición de la ministra y resucita las primarias en nombre de la democracia interna para dar la palabra y el voto a la militancia madrileña. Plantea una bronca en toda regla entre la Ejecutiva Federal del PSOE y la regional de Madrid que se dilucidará el próximo 3 de octubre. Parece que entre la mayoría de los 25.000 militantes socialistas el candidato de la FSM tiene mayor aceptación que la ministra de Sanidad y si finalmente es así, la bofetada será para Zapatero, que habrá encorajinado a la FSM. El argumento de Ferraz para justificar la dedocracia es que se trata de un acto de responsabilidad, pues es necesario presentar a quien pueda ganar a la derecha. Paradójicamente, quienes extienden esta tesis son los mismos que hace 10 años defendían la contraria cuando se pelearon para que Zapatero fuera el secretario general del PSOE frente a Bono, aunque «a priori» éste tenía más posibilidades de ganar a la derecha en las elecciones generales.