Verdades o mentiras

¿De qué se trata?, ¿de que la izquierda abertzale pueda presentarse a las municipales o de que ETA desaparezca? Son las preguntas que hace mi amigo Rogelio tras contemplar la dinámica político-mediática. Yo quiero creer en ese presidente de Gobierno –me refiero a Zapatero– que no va a tropezar dos veces en la misma piedra. En ese que, hace unos días, aseguró el descarte total de nuevas negociaciones con ETA. En ese que exige el abandono de las armas antes de cualquier negociación, ese que denuncia que ETA ya tuvo tres oportunidades de renunciar a la violencia y fue incapaz de dar un paso. Ese mismo que garantizó que la eficacia policial va a seguir. Mi amigo Rogelio, por el contrario, constata que se están produciendo unas circunstancias muy similares a las de hace cuatro años, cuando ANV logró el pasaporte para entrar en numerosos ayuntamientos gracias a la actitud de la Fiscalía que, como todo el mundo conoce, depende del Gobierno. Elecciones a la vista, tregua de ETA, piel de cordero de la izquierda abertzale y ocultación de contactos entre el PSOE-PSE y la banda terrorista. En definitiva, estrategia y táctica con la vista puesta exclusivamente en tener el camino expedito para comparecer en las urnas. Se trata de tener contacto institucional con sus bases sociales, obtener información privilegiada y tener acceso a una fuente importante de financiación. Y ahí está el dilema. ¿Cuál es el verdadero Zapatero-Rubalcaba? Han sido tantas mentiras en estos siete años que mi amigo me hace dudar. En cualquier caso, es el momento de recordar aquellas palabras del actual vicepresidente-portavoz y ministro del Interior: «España se merece un Gobierno que no mienta». ¿Ante cuál estamos? Así es la vida.