La prima de riesgo se relaja y permite a la Bolsa recuperar los 9500 puntos

Tras alcanzar una hora después del inicio de la sesión un máximo intradía de 374 puntos básicos, su nivel más alto desde la introducción del euro, el riesgo país de España, que es el sobrecoste que los inversores exigen para comprar sus bonos españoles en vez de alemanes, caía hasta 340 pese a que la rentabilidad del bono hispano a diez años permanecía por encima del 6 %, su nivel más alto desde 1997.

La Bolsa, por su parte, vivía el proceso contrario y reducía su caída hasta el 1,75 % para situarse en 9.501 unidades, frente al 4 % que llegaba a caer en algún momento de la sesión, que lo llevaba a perder la cota de 9.300 puntos.

Dentro del IBEX, los bancos pasaban de ocupar las primeras posiciones entre los valores más bajistas a sufrir las menores pérdidas del índice, aunque todo el indicador permanecía teñido de rojo y los descensos de las entidades financieras oscilaban entre el 2 % que perdía Bankinter y el 0,42 % del Sabadell.

La fuerte presión que los especuladores han ejercido en los últimos días sobre el mercado de deuda soberana de los países periféricos de la Unión Europea alcanzaba también a Italia, cuya prima de riesgo se disparaba sin razón aparente.

El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, indicaba a Efe que ni España tiene problemas de solvencia ni Italia padece un déficit que justifiquen el acoso sufrido.

De lo que se trata, explica, es de una situación de pánico que ha echado del mercado a inversores institucionales como fondos y planes de pensiones y ha dejado solos a los especuladores.

A falta de conocer el resultado de la reunión que han celebrado hoy los ministros de Finanzas europeos, el retraso hasta septiembre de los detalles del segundo plan de rescate a Grecia elevaban la volatilidad de los mercados, hasta el punto de que a esta hora el mercado continuo español había negociado cerca de 2.200 millones de euros.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha reunido en el Palacio de la Moncloa con la vicepresidenta para Asuntos Económicos, Elena Salgado, para estudiar la crisis de la deuda, justo antes de entrevistarse con el presidente del Consejo europeo, Herman Van Rompuy.

De esta avalancha de reuniones los inversores esperan algún gesto o señal de firmeza que permita recuperar la confianza de los inversores, que en cualquier caso parecen haber comenzado a reducir en parte la presión sobre Italia y España.