Con la defensa de la vida y la familia

Madrid- Durante los últimos tres años, las asociaciones católicas de Portugal se han esforzado por bloquear las leyes socialistas de divorcio rápido, aborto por plazos y matrimonio de parejas del mismo sexo (ésta última, al contrario que en España, no incluye la entrega de niños en adopción). Aunque en lo legal no han tenido mucho éxito, se ha robustecido el tejido social católico y el Papa se lo agradeció ayer por la tarde en su encuentro con las asociaciones. Perdida la batalla legal, los animó al trabajo cultural y terapéutico. «Expreso mi profundo reconocimiento a todas las iniciativas pastorales y sociales que tratan de luchar contra los mecanismos socio-económicos y culturales que favorecen el aborto; y también a las que fomentan la defensa de la vida, así como la reconciliación y atención a las personas heridas por el aborto. Las iniciativas que tienden a salvaguardar los valores esenciales y primarios de la vida, desde su concepción, y de la familia, fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, ayudan a responder a algunos de los desafíos más insidiosos y peligrosos que hoy se presentan contra el bien común». A las organizaciones que luchan contra la pobreza y la marginación les pidió que conservaran su carácter propio cristiano y que colaboraran con el Estado aunque siendo independientes de la política.