La teoría del desplazamiento

MADRID- «Aquel que viaja, aquel que pasea. Notas para una teoría de la incomunicación» es el título de la exposición de Raúl, ilustrador de LA RAZÓN, en la Casa de la Provincia de Sevilla. Conocido en el mundo gráfico por su nombre a secas, comenzó su andadura co- mo historietista en la mítica «Madriz». Además, ha publicado sus cómics en Prensa y participado en la publicación de numerosos proyectos. Una de sus obras más destacadas es el álbum «Berlín 1931», precisamente en colaboración con Hernández Cava. La muestra está dividida en dos partes, cada una dedicada a uno de los ámbitos de trabajo del autor, la historieta de cómic (aquel que viaja) y la ilustración gráfica en Prensa (aquel que pasea). Bajo ambos epígrafes se recoge una selección de obras sobre las dos facetas del artista.

Tiempo de tebeo
Junto con la exposición se ha editado un libro-catálogo con texto suyo, «Notas para una teoría de la incomunicación». Cada parte de la muestra está presidida por estos epígrafes a modo explicativo. En «Aquel que viaja», el lector de historieta «es un pasajero que recorre las páginas transportado por el tiempo de lectura que marca el tebeo», asegura. Así, unos dibujos sobre Bogotá abren la parte dedicada al cómic. En «Aquél que pasea» el que deambula con su mirada por una única imagen la interpreta siguiendo un tiempo de lectura que él mismo aporta. Unos apuntes de Madrid anteceden a las ilustraciones de Prensa. Raúl lo explica: «En la historieta, la vista del lector necesita del espacio para desarrollarse, viaja por el espacio, su lectura es como un viaje que le va llevando de un lugar a otro. En cambio, en la ilustración se parte de una imagen fija y es la vista la que pasea, la que se mueve por la ilustración, el lector tiene que poner de su parte para comprender. Aquí, lo importante es la mirada». Y añade que «en ambos casos el tiempo importa. En el primero se necesita poco, pero en el segundo hace falta más, es la representación de una idea, de un mensaje que el lector debe comprender y para ello va recorriendo con la vista la ilustración e interpretando lo que ve. Todos los lectores no ven lo mismo ni interpretan lo mismo. El tiempo de lectura depende de cada uno».

De Trías a Scheler
Raúl aclara que en la parte dedicada a la historieta hay expuesta una selección «de todos mis trabajos publicados en álbum desde el principio, pero en el de ilustraciones en Prensa sólo aparecen los de los dos últimos años».Y sobre el catálogo editado aclara que «en él analizo parte de mi obra con reflexiones que nacen de varios textos –Eugenio Trías, Max Scheler…– y que abundan sobre lo que significa la exposición y el necesario trabajo del lector para su comprensión. El autor lanza su trabajo y el lector pone la otra parte. Y se produce el encuentro».