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Aumentan las denuncias por agresiones a profesores
El defensor del docente registra un 6 por ciento más de intervenciones
BARCELONA- Las docentes catalanes cada vez denuncian más problemas de convivencia en las aulas, insatisfacción en su trabajo y requieren de apoyo externo. Así lo constata el informe defensor del profesorado en Cataluña del sindicato Anpe, que desvela un aumento de un 6 por ciento en el número de intervenciones –306 en total– sobre profesores y maestros que pidieron ayuda al servicio del defensor del profesor en el curso pasado. Se trata de un termómetro que si bien no recoge todos los conflictos en las aulas, se ha erigido como el indicador de las causas que originan los problemas en las clases.
«La mayoría de denuncias se centran en profesores de Secundaria que quieren hacer clase y no saben cómo. Se encuentran indefensos por la falta de disciplina en las aulas y ante unos alumnos que les impiden ejercer su trabajo», explica el portavoz del sindicato y del servicio de ayuda al docente, Pere Ciudad. Según el sindicato, el 73 por ciento de los maestros y profesores está expuesto a padecer estrés por la violencia en las aulas. Las conductas agresivas de los alumnos representaron un 21 por ciento de las quejas de los docentes y un 2 por ciento más vinieron dadas por agresiones físicas.
Según la formación sindical, si bien las familias solían ser más violentas con los docentes en Primaria (un 17 por ciento por ciento de los casos) y los alumnos ganaban peso en las agresiones verbales y físicas en Secundaria, los alumnos más jóvenes también están virando hacia una actitud más agresiva. «Muchos profesores atribuyen este incremento de violencia entre los alumnos de Primaria a la sobrexposición de estos niños en situaciones en las que se trivializa la violencia, ya por consumo audiovisual, el acceso a redes sociales o los videojuegos», desgrana el informe.
Las faltas de respeto de los alumnos (un 17 por ciento del total de quejas) también ganan puntos. «Sobre todo entre los docentes más jóvenes, que se ven desbordados, o los de más de 30 años de experiencia, que han visto aumentar distancias con sus alumnos», explica Ciudad.
Los cambios a raíz de la Ley de Educación también pasan factura. «La gestión de los centros se ha alterado con la autonomía de centros, los profesores se ven perdidos porque no tienen un proyecto al que aferrarse», añade Ciudad.
¿Autoridad pública? Sí
Desde Anpe aplauden la voluntad de la consellera Irene Rigau de cambiar la Ley de Educación para reconocer como autoridad pública a los maestros y profesores. No obstante, Ciudad va un paso más allá. «Necesitamos una ley de autoridad pública, asegurar que los docentes contarán con formación en gestión de conflictos, apoyo emocional y orientación jurídica. En resumen, ayudar a potenciar la figura del docente»,
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