Estados Unidos
Inglaterra todo en el último
John Terry sembró dudas sobre la cohesión del equipo. Eslovenia es líder y puede acabar con el sueño inglés
Las reminiscencias a Inglaterra'66 pueden quedar difuminadas hoy en Puerto Elizabeth. Fabio Capello necesita la victoria ante Eslovenia si no quiere abandonar el Mundial por la puerta de atrás, sin conocer la victoria y con unos jugadores que parecen acusar en exceso el cansancio acumulado a lo largo de la temporada.Capello proclamó, tras los dos primeros empates, que este equipo no es el que ha conocido en los últimos meses. Frank Lampard, uno de los pesos pesados del vestuario, negó cualquier atisbo de ruptura entre jugadores y técnico. El centrocampista del Chelsea restó así importancia a las declaraciones de su compañero John Terry, que confesó que todos los jugadores tenían ganas de exteriorizar sus sentimientos en una reunión con el técnico.El triunfo garantizaría la clasificación de Inglaterra para octavos, pero no como primera de grupo. Estados Unidos tiene más goles marcados y podría situarse arriba si vence a Argelia. Un empate podría mandar a los ingleses a casa, algo que no ocurre desde hace medio siglo.El ambiente en el equipo no es el mejor para encarar el partido decisivo de la fase de grupos; los jugadores fueron abucheados cuando se retiraban a los vestuarios tras el empate con Argelia. El único inglés que no podrá jugar es el defensa Jamie Carragher, suspendido para este encuentro. La ausencia del de Liverpool no influirá en la recomposición de la línea ofensiva del conjunto inglés; Capello debe dotar a Inglaterra de garantías suficientes de gol, pasar a octavos y ahuyentar así a los viejos fantasmas. El técnico vivirá también otro momento especial; hoy se cumplen 36 años de su único gol como jugador en una Copa del Mundo.Eslovenia, encaramada al primer puesto del grupo, ha formado un buen equipo gracias a la suma de sus individualidades; ningún jugador sobresale por su calidad sobre el resto. «La nación entera está unida en torno a nosotros», afirmó Matjaz Kek, el seleccionador esloveno. Su equipo puede acabar con las esperanzas de un país y de un entrenador de restaurar la gloria a Inglaterra.
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