Murcia

Más reformas por Manuel Durán

La Razón
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Si no fuera porque ya no se sorprende uno de casi nada, la excarcelación del etarra Fernando Diez Torre condenado a más de 300 años de cárcel por numerosos delitos, entre ellos, el asesinato del policía nacional Ángel García Rabadán, es para quedarse aplatanado. La famosa «doctrina Parot» que puso en práctica el Tribunal Supremo, suponía el alargamiento del tiempo que pasarían en prisión estos asesinos de ETA, al computar los beneficios penitenciarios respecto de cada una de las penas individualmente, y no sobre el máximo legal permitido de permanencia en prisión. El propio Tribunal Constitucional avaló en marzo esta doctrina, pero con votos particulares del «sector marxista», dando la sensación que la Justicia española tiene una doctrina, y si no te gusta…pues tiene otra, como decía Groucho Marx acerca de sus principios.

Hoy más que nunca se hace necesaria la reforma de la justicia en España. Hay que ir, para determinados delitos, a la cadena perpetua revisable, que cumple con la finalidad de reinserción que establece la Constitución, pero que no convierte el cumplimiento de las penas en una especie de oferta de supermercado, donde pagas dos y te llevas tres. Y más urgente resulta recuperar el prestigio y la independencia del Tribunal Constitucional. No es casualidad que para el sector progresista del TC, la aplicación de la doctrina Parot, «carezca de lógica, de base legal y lesione el derecho fundamental a la libertad». Claro, que digo yo, ¿le habrán preguntado estos magistrados a la viuda y a los tres hijos de Rabadán si su libertad se respetó por los etarras?, a lo mejor se lo explicarían.