Elecciones andaluzas

Islero y el gran escudo

La Razón
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Cada grupo acude al Parlamento a hablar de su libro. El PP habló ayer de unos Presupuestos irreales, que volverán a errar en las previsiones de crecimiento, envueltos con el celofán de la precampaña electoral. Para izquierda Unida no hay debate económico que le pueda eclipsar un frente antimilitarista. Cinco de los seis diputados de IU –Pedro Vaquero sigue delicado de salud– llegaron a sus escaños pertrechados con carteles del no a la guerra: «No queremos vuestras guerras. OTAN no, bases fuera». Si una cualidad tiene el coordinador regional de IU, es la de los atrevidos maridajes discursivos. Valderas comienza, como comenzó ayer, criticando la «cacidada» de la colaboración roteña en el escudo antimisiles y, tras el regate, hilvana con el varapalo de la propuesta de la PAC, la pérdida de «soberanía alimentaria», la «guerra de las Galaxias de Bush y Reagan»(sic) y remata con el pueblo Saharaui. A Griñán le recordó Arenas el «OTAN, de entrada no», la sentada de Zapatero ante la bandera de los EE UU y si hubiera tenido a mano la foto de Javier Solana –luego secretario general de la OTAN– en plena campaña del referéndum, allí se la hubiera plantado. El presidente de la Junta lo que argumenta es que su Ejecutivo no ha sido un convidado de piedra en las negociaciones. Han estado al tanto. El escudo antimisiles es necesario porque «si hay riesgos, hay que defenderse del riesgo». Griñán siguió perorando sobre las bondades del despliegue –«es justo y nos beneficia a todos»– hasta que mencionó el 11-M, el 11-S y los «grupos terroristas con misiles». Pareció haber mencionado a la bicha. Los cinco diputados de IU, con sus pancartas y el antimilitarismo a cuestas, lo interrumpieron con un silbido de rechifla, como un cohete al que se le moja la pólvora. Arenas pasó de puntillas por el gran escudo. Entró de lleno en la envolvente financiera que presentó esta semana la consejera de Hacienda. «¿Cómo se puede creer que aumente el presupuesto para 2012 y que baje la previsión de crecimiento?». El presidente del PP-A se respondió a sí mismo: las cuentas son «falsas». Para Griñán el verdadero problema está en la falta de crédito. Estuvo atinado con el ejemplo: «Es como el borracho que pierde las llaves en la oscuridad y se va a la luz de una farola a buscarlas». A Arenas no le contentó la parábola: «Un día van a acudir a Islero, el toro que mató a Manolete, para justificar la crisis».